Estoy desayunando en un bar donde aprovecho para escribir el primer artículo de la mañana, he actualizado el foro con nuevas entradas, y es el momento de preparar algo para los blogs, pero confieso que a veces es misión imposible. La radio no para de escupir noticias inquietantes, comentarios estúpidos y música ratonera, y yo me pregunto ¿es que no tenemos derecho al silencio?
Entras en una tienda y una ¿MUSICA? machacona te taladra el cerebro, en el restaurante suena un soniquete monótono, en los bares playeros te torturan con las canciones de verano, hasta en los trenes de cercanías camuflan el ruido de las vías con el ruido de los altavoces ... y dentro de cuatro días empezaremos con los villancicos.
Adoro la música, de hecho, mi vida es una banda sonora, pero precisamente por eso, quiero “escuchar” música cuando tenga tiempo y disposición para ello. Todo sonido no deseado se transforma en ruido, aunque sea el Cannon de Pachebel, y todos tenemos derecho a un minuto de silencio, pero ¡por favor!, que sea antes de palmarla
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