Desde hace un tiempo, tengo que hacer un esfuerzo para salir de mi misma y tomar un soplo de aire fresco, romper las telarañas de mi corazón y sacudirme el hastío que me cerca el alma a la espera de tomarla al asalto. Hace meses que la rutina me envuelve con sus hilos, como una tarántula dispuesta a devorarme, me refugio en la poesía, en la música, en la filosofía, pero noto como poco a poco el vacio va llenando mi espíritu de sombras siniestras, muchas veces, tengo que hacer un tremendo esfuerzo para levantarme de la cama, para ir al consultorio, para abrir la puerta cuando llaman al timbre …tengo miedo, tengo miedo a todo, a la gente a los problemas, pero sobre todo , tengo miedo de mi misma, de mirarme al espejo de ver que no soy la mujer que soñaba ser, soy joven, los hombres aun me miran con deseo, pero siento que el tiempo se me escapa y aun no encuentro mi camino, y lo que es peor, que me he perdido a mi misma.
Cuando entra un paciente, me pregunto..¿cómo puedo ayudar a nadie, si quien necesito ayuda soy yo?, pero la vida sigue y yo continuo buscando una mano amiga con la que “andar y andar los caminos” , quizás exijo demasiado, quizás no ofrezco lo suficiente a cambio pero sigo soñando ese sueño del amor compartido, de la vida a medias , de los silencios a media voz, mi cuerpo y mi alma esperan la semilla del amor para que fructifique en mis entrañas, que arraigue para siempre en mi corazón y me haga una mujer nueva … Dejadme la esperanza
SHEMIRRAMIS
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