lunes, 29 de junio de 2009

HISTORIAS DE LA VIDA PUTA





Últimamente se escuchan lamentos de jóvenes quejándose del "trabajo basura", de su dependencia de los padres y de la imposibilidad de acceder a una vivienda digna... ¡como si esto fuera una novedad!.


Los principios siempre han sido duros y como muestra os voy relatar cómo era la vida de un joven medio en los años sesenta.
En mi adolescencia, si no eras un “hijo de papá”, tu vida laboral empezaba a los 14 años, entrabas a trabajar de aprendiz en un taller o de meritorio en una oficina, y te pasabas dos años casi sin cobrar y aguantando cabronadas con la escusa de que estabas aprendiendo un oficio.
En realidad no aprendías nada, y matabas el día limpiando piezas o trayendo cafecitos y archivando facturas, ocho horas de hastío aguantando bromas y putadas, soñando con que sonara la campana.


Si querías estudiar, te buscabas una “jornada intensiva”, de 7 a 15 horas, comías en una fiambrera lo que te había puesto mamá, y a las 4 tenias la primera clase, jornada de estudio hasta las 9 de la noche y si querías disponer de un duro extra para el “finde”, te buscabas una horita de clase a domicilio, con lo cual, llegabas a casa pasadas las 11, cenabas deprisa y corriendo y echabas una ojeada a los libros, máximo una hora, porque a las 6, sonaba el despertador.
Los sábados se trabajaba por la mañana, y por la tarde tenias que ponerte a estudiar si querías aprobar algo en JUNIO. El Domingo, si tenias suerte y había algún guateque a la vista, podías pegarte un calentón bailando agarrao con alguna moza , o en su defecto inflarte de cubatas por la cara. Luego llegabas a casa más quemao que el cenicero de un bingo, cena relámpago, y la pajilla de rigor para desalojar el exceso de testosterona generado en el baile.

Lo poco que cobrarbas, lo entregabas íntegramente a casa, y tus padres te daban unos dinerillos para tus gastos que no te llegaban ni para pagar la entrada de una disco. Dejo aparcado el tema, que seguiré desarrollando en próximos capítulos. La vida siempre ha sido dura, pero lamentarse tumbado en la cama, nunca ha servido para nada.

Laboralmente no eras nadie hasta que terminabas el servicio militar, lo más normal era trabajar sin ningún tipo de contrato, te apuntaban a la seguridad social, y a los tres meses te daban de baja. Si continuabas estudiando y trabajabas en una oficina, tenías el techo por los suelos, auxiliar administrativo con un sueldo de miseria y nulas posibilidades de promoción, nadie apostaba por un estudiante que en cuanto terminara la carrera levantaría el vuelo.




Si lo tuyo era aprender un oficio, a partir de los 18 años, empezabas a ejercer de “oficial” , te encomendaban trabajillos sencillos y el sueldo te daba para tus gastillos y para ayudar a la familia, normalmente tu sueño era establecerte por tu cuenta y montar tu propio negocio.




Salvo que tocaras en algún grupo o fueras Dj, tu vida sexual era bastante jodida. Guateque o discoteca el fin de semana, con el calentón correspondiente, si tenias una novieta, las cosas mejoraban ligeramente, magreos en el sofá de una disco, besos de tornillo en un rincón apartado o una tarde “en la fila de los mancos” de un cine de barrio y era a lo máximo que podías aspirar si no tenias coche. Luego tu madre tenia que lavar las sabanas cada dia. Pero de eso hablaremos en otro momento.




Pasaban los años, y llegaba la hora de cumplir el servicio militar, 18 meses secuestrado casi sin permisos y desde luego sin un duro.
Perdías el trabajo y dejabas los estudios en el dique seco a no ser que quisieras estar tres veranos haciendo “la milicias universitarias”. Borracheras, amigos para siempre que desaparecían para siempre en cuanto salías licenciado de la jaula.

Continuabas trabajando y estudiando, si tenías novia formal gastabas menos que Tarzán en zapatillas, todo el dinero era para ahorrarlo e intentar buscar un piso financiado por “la Caixa” o una vivienda de protección oficial, aunque lo más normal era recurrir al alquiler. La familia y los amigos te iban pasando muebles viejos, con lo cual poco a poco montabas tu nido.

Por aquel entonces, las mujeres se incorporaban masivamente al mercado de trabajo. Una vez terminados los estudios, con un trabajo explotador y a base de prescindir de lo imprescindible podías comprar un coche de segunda mano, una boda sencillita y a veces un piso compartido con otra pareja para poder sufragar los gastos, incluso en casa de los padres si había sitio.

Las vacaciones, quince días escasos, al pueblo. Nada de hoteles, viajes o cruceros. Al restaurante solo íbamos en fiestas sonadas, lo típico era hacer pic-nic en los parques o salir a comer al campo o a la playa.
Con todo ello, y a base de trabajar horas extras a precio de saldo sábados incluidos, reunías un dinerillo y los más osados, se embarcaban en una hipoteca al 14% de interés que te cubría escasamente el 70% del valor de tasación del piso, y desde luego previo aval de los padres.

Luego había que pintarlo, hacer la cocina, el baño, porque los pisos de entonces te los daban semi acabados y como no te quedaba dinero para pintores ni carpinteros, lo más normal era recurrir a amigos y familiares para poder adecentar el nido y poder empezar una nueva vida. Desde luego nada de parking, el coche en la calle y con una barra antirrobo en el volante.

Despues vendrían los hijos. pero eso sí que ya lo dejo para otra saga y para otro momento. Eran tiempos duros, sin lujos, pero con una enorme ilusión y espíritu de lucha, había optimismo y fe en el mañana , porque cuando se parte de cero, cualquier logro es una conquista y con veintipocos años todo nos parecia al alcance de la mano.....



Y luego llegaron los hijos, hijos queridos, hijos deseados. Éramos muy jóvenes, jugábamos con ellos, disfrutábamos se sus risas y de sus gracias, pero había que trabajar. El permiso de maternidad apenas existía, a las pocas semana había que dejar al bebe. Si tenias suerte con la abuela y si no, en una guardería.
Trabajando ambos era casi imposible encontrar una municipal, y las privadas te costaban la mitad del sueldo, para colmo, la crisis del petróleo en 1.974, elevó la inflación hasta un 18% y el paro se extendió como una epidemia. Yo no estaba asegurado, cada vez que había que llevar a la niña a urgencias por algún aumento desmesurado de fiebre, temía que me la rechazaran por no estar al corriente del pago. Entonces seguía trabajando los Sábados hasta el medio día, me levantaba a las 6 A.M. y no regresaba hasta pasadas las 8 de la noche, eso si, siempre procuramos a costa de lo que fuera, reunirnos para comer juntos, aunque tuviéramos que caminar 5 km .
Trabajábamos lejos de casa y comíamos en el SEU, en bares de comidas o restaurantes , si queríamos comer medianamente bien gastábamos otra buena parte del sueldo, los pañales de la niña eran carísimos, la ropa y el calzado aumentaba de precio día a día, pero nada importaba, éramos jóvenes, había amor , compromiso , y teníamos toda la vida por delante.
Un Piso de alquiler pequeño pero luminoso, fue nuestro nido. A base de no fumar, y de prescindir de otros lujos, fuimos formando una biblioteca y una discoteca para educar a nuestros hijos en las artes y en la cultura. En casa siempre sonaba la música, bien sinfónica, folk o rock, sus notas se mezclaban con nuestras risas y juegos. Era una casa pequeña, pero era nuestro hogar y la muralla que nos protegía del miedo a la crisis, al paro y a no llegar a fin de mes. La niña fue creciendo en años y en belleza, y un día, mi esposa me tomó de las manos y mirándome a los ojos me dijo - ¡Creo que estoy embarazada! …
 Tras la primera impresión, empezamos a sopesar los problemas que acarrearía, y a buscar las posibles soluciones. Como ya he comentado, teníamos un piso pequeño. Sesenta y cinco metros estaban bien para tres, pero ahora, la pequeña debería compartir la habitación con su hermano o hermana. De momento era suficiente para los dos, pero en función del sexo y más tarde de la edad, seguro que tendríamos problemas..
Por aquel entonces, los permisos de maternidad eran nominales. y decidió pedir una excedencia de un año sin sueldo, para poder dedicarse a criar al recién llegado, no queríamos llevarlo a la guardería con tres meses, hicimos números, prescindimos de todo lo prescindible, y nos lanzamos a la aventura.

Fue una niña preciosa, una niña dulce, amorosa y tierna. Montamos su cunita en la habitación de la mayor y así se hacían compañía. Su madre se dedicó en cuerpo y alma a ellas, me consta que fue una de las mejores épocas de su vida.
Pasamos el año con un solo sueldo, pero como no teníamos letras ni tarjetas n gastos superfluos, pudimos mantener nuestra filosofía de vida, buena alimentación, y sobre todo un ambiente de amor y concordia para formar la personalidad de nuestras hijas. Nuestra biblioteca se iba enriqueciendo con los mejores clásicos y las más avanzadas obras de consulta, y la música, clásica, rock o folk no dejaba de sonar en nuestra casa.
Pronto hubo que cambiar el mobiliario de niñas, un mueble nido con una cama extensible, sirvió para tener a las pequeñas juntas en la misma habitación, justo al lado de la nuestra.
Ni que decir tiene que las mañanas del Domingo, eran la juerga continua, la mayor venia a nuetra cama a primera hora, y aquello se transformaba en un circo. Saltos cabriolas gritos peleas… Yo era más niño que ella y disfrutaba como un loco jugando como un crio. 

No teníamos lujos, había que controlar férreamente el gasto, pero éramos felices, el hogar era nuestro refugio, el nido donde nuestras hijas crecían en un ambiente rodeado de amor y buen humor. Pasaron los años, y las niñas fueron creciendo. Nuestro viejo Seat 127 llegó a cumplir 15 años, pero nos llevaba a la playa en verano y al campo en invierno. Yo salía cada día de casa a las 6.15, y a ella le tocaba la dura faena de levantar, arreglar , llevarlas al colegio y poder llegar a la hora al trabajo a la hora, un trabajo agotador cuando los hijos se ponen enfermos, o sencillamente entran en ese periodo de rebeldía en el que todo les está mal y no les gusta nada de lo que les pones. Por suerte el colegio estaba muy cerca de casa, un centro del ayuntamiento (siempre apoyamos la enseñanza pública), que por aquellos años funcionaba a la perfección, y donde aprendieron a relacionarse con todo tipo de niños y conocer de cerca la realidad de la vida. No fue un camino de rosas, pero sí de margaritas silvestres, de charcos enfangados, y de verdes praderas, de días a veces tormentosos y a veces soleados. Siempre procuramos que aprendieran que el esfuerzo es imprescindible para caminar, que el respeto es la base de las relaciones humanas, y que el dinero es solo un medio que no lo compra todo. 

Y de pronto, llegó la adolescencia….



La adolescencia es una de las épocas más difíciles en la educación de los hijos. Hay dos posturas muy cómodas, la autoritaria, que suele tener un efecto rebote, y la permisiva a ultranza que acostumbra a crear fracasados o delincuentes.
Los padres de mi generación tendíamos a tratar a los hijos adolescentes como amigos, y eso fue un terrible error. Los hijos necesitan una guía y unas normas para desarrollar su personalidad, la camaradería les desorienta y tienden a buscar ejemplos por otros lares, a veces poco recomendables.


Mi esposa se implicó en cuerpo y alma ayudándoles en los estudios. Tras una jornada laboral agotadora, y la parte correspondiente de las labores cotidianas, venia el seguimiento de los trabajos, los deberes, las preguntas. Yo llegaba a casa pasadas las ocho, y ya era la hora de preparar la cena y tomar la parte que me correspondía en las tareas cotidianas.
La mesa era el templo del diálogo, la tele apagada y la conversación a veces tensa, a veces distendida, pero siempre viva. La música de fondo, era el contrapunto a nuestras palabras, no había gritos, siempre procuramos convencer antes que vencer, pero fue una lucha continua en la que no se podía bajar la guardia.


Las salidas nocturnas, las llamadas de “ahora vengo” a las dos de la madrugada, el intentar dormir pendiente de la puerta de casa que jamás se abría.. la vigilancia y control de los amigos… alguna vez me tocó ir a “rescatar” a mi hija mayor a casa de algún amigo poco recomendable, pero siempre respetando la dignidad y la responsabilidad, procurando no romper ese puente de confianza que cuando se quiebra es imposible reconstruir.


Horas de charlas en el sofá, horarios de televisión controlados, libros compartidos y comentados en familia …los años pasaban y mientras Silvia terminaba su carrera y empezaba a levantar el vuelo, Diana comenzaba ba a sacar la cabeza del nido. Todo lo que habíamos aprendido con una, iba a mostrarse totalmente contraproducente con la otra.





viernes, 26 de junio de 2009

PAREJAS DE DESHECHO

Cada vez es mayor el número de familias que se rompen a los pocos años de formarse, ya no hablo de matrimonios, porque últimamente el número de parejas de hecho se ha disparado. En estos días he conocido varios casos, eran “crónicas de una muerte anunciada”, relaciones maritales basadas en la provisionalidad y en el convencimiento tácito de que no sería nada definitivo, el problema es que tienen hijos.

Nunca me ha gustado juzgar a nadie, pero no entiendo como estas mujeres acceden a la maternidad sabiendo (porque lo saben) que esa relación no tiene cimientos y que al más mínimo embate se vendrá abajo. Las víctimas, los de siempre, los niños, siempre de aquí para allá, sin un núcleo familiar estable, utilizados como armas arrojadizas u objetos de chantaje.

Estos niños, victimas del stress materno y carentes de la figura paterna, son candidatos al fracaso escolar y laboral, y presas fáciles para los halcones de la droga y la delincuencia.

La atracción sexual, ha sido desde el principio de los tiempos, el arma con que la naturaleza se ha asegurado la perpetuación de la especie. Como el macho no accedía fácilmente a los favores sexuales de la hembra, procuraba formar una estructura familiar estable con el fin de asegurarse una sexualidad satisfactoria y segura aún a costa de su libertad. Durante este tiempo, los lazos afectivos consolidaban una relación que aseguraba la formación de los hijos. Pero ahora, las mujeres se han hecho tan accesibles que los hombres no tienen necesidad de compromiso para satisfacer sus deseos, pudiendo recurrir fácilmente a contactos esporádicos o en el mejor de los casos a parejas basadas en la provisionalidad. La familia es el núcleo de la sociedad, el nido donde se forma la personalidad y se aprenden los valores , cuando la familia se desmiembra, los hijos son las primeras víctimas, pero las mujeres tienen que cargar con la educación el cuidado y muchas veces la manutención de la prole.

La promiscuidad siempre va en contra de la mujer, y eso es algo que parecen haber olvidado nuestras jóvenes, más preocupadas por una libertad sexual mal entendida que por asegurar su estabilidad emocional y la de sus hijos. Abortos, separaciones e hijos maltratadores es el precio que les toca pagar. El macho se irá con la música a otra parte y si te he visto no me acuerdo, pero ellas tendrán que cargar con el bombo algo más de nueve meses, durante toda la vida.

lunes, 22 de junio de 2009

AMOR SIN FECHA DE CADUCIDAD





Hace poco leía un artículo en el que se aseguraba que los amores longevos eran una forma de autoengaño, una impostación de la realidad en la que ambas partes se empeñaban en fingir un amor desparecido en la noche de los tiempos.
Su lectura me hizo reflexionar, ¿será verdad que el amor que siento en mi pecho es un autoengaño? ¿Puede ser cierto que cada vez que miro a los ojos a mi pareja me invade una ola de ternura o simplemente lo estoy imaginando? ¿o quizás cuando pierdo el sentido del espacio y el tiempo prendido entre sus brazos, es producto de una alucinación?.
Hay personas para las que todo lo que escapa de la normativa es pecado, lo que no se demuestra con una ecuación es inexistente y lo que la razón no puede explicar es pura superchería.
¡Qué pena me dan aquellos que no creen en lo increíble, los incapaces de sorprenderse, los que ya está a vuelta de todo sin haber llegado a ninguna parte!.
Puede que en algún lugar esté escrito el guión de nuestra vida, pero estoy convencido que a pesar de todo, aún tenemos la posibilidad de corregir una errata, de arrancar alguna hoja, o de escribir otra nueva.
Mantener el rescoldo del amor durante lustros no es tarea fácil, hay que creer en él, luchar por él, vivir por él. Cuando una pareja une sus vidas con el firme convencimiento que será para siempre, luchará hasta el último suspiro para que así sea, echará el resto en cada jugada y nunca dará por perdida una mano aunque no tenga ni una sola figura.

Podíamos decir como Calderón “que toda la vida es sueño”, pero yo quiero vivirla muy despierto, a veces en mi vida amorosa he tomado una curva demasiado arriesgada, y he sentido las ruedas de nuestro coche derrapar hasta llegar al borde del abismo, pero en ningún momento se me ocurrió tirarme de él en marcha, porque sabía fuera de él solo existía la soledad y el vacio.
Puede que los amores longevos sean una forma de autoengaño, pero no más que la ilusión de vivir, la esperanza en el futuro o la fe en el hombre y en los hombres, si todo ello fuera un engaño, no valdría la pena seguir viviendo

domingo, 21 de junio de 2009

EL NEGOCIO DE LA SALUD

Hay enfermedades para las que la medicina industrial no tiene respuestas. Los anti Inflamatorios, antidepresivos y similares a parte de no ser efectivos, causan estragos en el cuerpo y en el cerebro de tal calibre, que acaban multiplicando los efectos del mal que pretendían combatir.

Para estos enfermos, hay unas medicinas que a medio plazo no tan solo alivian los síntomas, si no que atacan la enfermedad en sus raíces. La homeopatía y la neuropatía, tienen un origen ancestral, desde hace milenios, el hombre conoce las propiedades curativas de plantas y hierbas y su capacidad sanadora. Con la llegada de la medicina contemporánea, estas prácticas no solo quedaron en desuso. sino que fueron ridiculizadas por médicos y laboratorios, más pendientes de tratar los síntomas, que de cuidar al enfermo como una unidad indisoluble de cuerpo y mente.

Hace unos años, algunos médicos y científicos desengañados de la moderna farmacopea, volvieron los ojos a la medicina clásica y empezaron a crearse los primeros consultorios homeopáticos que en los últimos tiempos han multiplicado por cien el numero de pacientes que confían en ellos.

Por su parte, la seguridad social, y el cuerpo de médicos, empujados por los grandes laboratorios multinacionales, han cerrado las puertas a estos preparados. A pesar de que miles de facultativos consumen en privado estos tratamientos, no pueden o no quieren rectarlos en las consultas oficiales, quedando los enfermos en manos del despiadado mercado de la salud.

La medicina neurópata siempre ha sido cara, los alimentos de cultivo ecológico son mucho más caros que los de agricultura intensiva, y los complementos alimentarios que ofrece la homeopatía son prohibitivos para el ciudadano medio.

De un tiempo a esta parte el precio de estos medicamentos se ha disparado. El aumento de la demanda, y la falta de control por parte del estado al no considerarlos como medicina, han dejado las manos libres a los laboratorios, que suben vertiginosamente los precios, incluso en estos días en que la mayoría de los productos de consumo están bajando.

Ha llegado la hora de presionar al gobierno, para que la sanidad oficial se haga cargo de sufragar y controlar este tipo de medicación cuyas propiedades ya nadie discute.

Es inmoral que en un estado que se llama pomposamente “del bienestar”, se siga especulando con un derecho tan fundamental del ciudadano como es el de la salud.

La fibromialgia, el sfc, enfermedades cardiovasculares, motrices, reumáticas, psíquicas e inmunológicas han encontrado en las medicinas alternativas el alivio que no les ofrecía la quimioterapia. Corresponde a nuestro gobierno actuar en consecuencia y garantizar la cobertura sanitaria a estos colectivos marginados, que tan solo en España, supones más de tres millones de pacientes. Y si no, tendremos que exigirlo con todos los medios a nuestro alcance.

lunes, 15 de junio de 2009

A DIOS LA HACIENDA Y LA VIDA SE HA DE DAR....







Hace unos días recibí el borrador de hacienda, me entretuve en repasar las cifras enrevesadas y en principio todo me pareció correcto, pero al llegar a la casilla de marras, me encuentro marcada por defecto la casilla “a la iglesia católica”, no podía salir de mi asombro, pero ¿no estamos en un estado laico? ¿Cómo puede el ministerio de hacienda decidir por mí a quien confío el dinero para fines sociales?

Eso me hizo recapacitar, si de los millones de borradores que se envían cada año, el 90% de los declarantes no rectifican este desmán, resulta que los secuaces de Rouco de embolsan una cantidad astronómica que podrán dedicar a la COPE , a sembrar la cizaña entre las comunidades y a atentar contra las libertades fundamentales del individuo.

¿Entrará este pacto dentro del concordato iglesia / estado?. La verdad es que no consigo entender como un gobierno socialista, permite esta tropelía, que además es una maniobra suicida.

A nadie se le ocurriría echar de comer a las fieras que le acechan (a no ser que pretendas amansarlas), pero este tipo de fieras, solo se conforman devorando a la presa.

La financiación de las asociaciones religiosas debería correr una y exclusivamente a cargo de sus feligreses. Que el estado deba sufragar ceremonias, ritos y medios de comunicación de una iglesia, sea cual sea esta, me parece una aberración y una rémora insoportable en pleno sigloXXI.

Ya se sabe que hacienda somos todos, pero dios, está en todas partes … cuchara en mano











viernes, 12 de junio de 2009

PAÏSOS CATALANS

Es curioso que los más acérrimos defensores de “La cultura Hispánica”, los guardianes de los valores del idioma en todo el planeta que velan por la pureza y la unidad del castellano sean los que más se escandalizan ante el término “Paisos Catalans”.

En contra de lo que algunos demagogos malintencionados quieren hacer creer, esta idea no tiene en su origen connotaciones políticas, a pesar de que algunos sectores políticos hayan querido apropiársela. Pretende aglutinar las variantes del catalán que se hablan en el arco mediterráneo desde Alacant a Perpinyà, las illas, l’Alguer y la franja Osca, recreando el espíritu de hermandad y convivencia que reinó en La Corona de Aragón. Serrat, Raimon, Maria del Mar Bonet y el malogrado Ovivi Montllor, son una clara referencia en este sentido.

Defender que el valenciano es un idioma diferente al catalán sería tan peregrino como decir que el andaluz o el argentino no son variantes del castellano. Solo malintencionados o ignorantes pueden estar en contra de esta idea que pretende normalizar una lengua con diez millones de parlantes entre activos y ocasionales.
El conocimiento de un idioma enriquece, y favorece el aprendizaje de otros. El estado español y los ciudadanos, deberíamos amar y mimar nuestra riqueza lingüística, el gallego, el euskera. el catalán y el portugués en todas sus variantes son idiomas ibéricos que los habitantes de la península deberíamos respetar y preservar como parte de vuestro acervo cultural.
Cada día desaparece de la tierra una lengua que nunca más podrá recuperarse. Al igual que a las especies en vías de extinción, deberíamos mimar estas expresiones del espíritu humano como algo intrínseco a nuestra cultura y a nuestra historia antes de que sea demasiado tarde.

lunes, 8 de junio de 2009

EL HUEVO DE LA SERPIENTE


La serpiente sigue creciendo dentro del huevo europeo, ni la corrupción galopante del PP, ni las cacicadas y desafueros de Berlusconi han hecho mella en el electorado derechista.
Como he comentado en otras ocasiones, los partidos fascistas y de derecha, son inmunes a las corruptelas y a los tics filonazis de sus candidatos, porque ya asumen que un partido de este color es corrupto por definición. Poco importa que se esté ultimando el desguace de la sanidad pública en Madrid, que el PP haya transformado el litoral levantino en un muro de cemento y las irregularidades urbanísticas de la mafia hayan transformado la costa del sol en la nueva Sicilia.


El votante del PP , ese que escucha la Cope, que aplaude a los voceros vaticanos y que ha hecho del “Cuanto peor, mejor” su lema preferido, que admira el Lepenismo, aunque no se atreve a declarase racista, ya está preparando la carga en las próximas autonómicas envalentonados por su “Triunfo” en unas elecciones con un 57% de abstención.


Si nuestra clase política tuviera una mínima decencia, debería pedir perdón públicamente a la ciudadanía por una campaña electoral nefasta ( y aquí incluyo a TODOS los partidos), una campaña que ha hecho que muchos votantes progresistas o sencillamente con sensibilidad y buen criterio , se hayan quedado en casa.


La abstención siempre perjudicó a la izquierda, porque los desencantados, los defraudados , siempre son votantes progresistas. La derecha nunca duerme y aprovecha cualquier grieta para inundarnos con su mierda a través de su “Brunete mediatica” que sabe utilizar la desesperación que en las clases medias produce la crisis, y llevar el agua a su molino.
La serpiente ya colea dentro del huevo, espero que el film de Bergman, protagonizado por el recientemente fallecido David Carradine, no vuelva a ser una terrible realidad en Europa.
¡Que dios nos inspire o dios nos ampare!.

JUANMAROMO


jueves, 4 de junio de 2009

LOS PAPELES DEL HAMBRE

Como era de esperar, en los últimos tiempos, la mal llamada “crisis” ha quitado los bozales a los doberman de siempre, dispuestos a tirarse a la yugular de cualquier emigrante que pase al alcance de sus fauces. Es triste pensar que ninguna ideología, llámese socialismo, anarquismo o cristianismo, ha podido desarraigar nuestro instinto tribal. Las raíces ancestrales del saurio permanecen al acecho en las profundidades del cerebro y rugen en cuanto se les abre una brecha.

Cuando leía la noticia del siniestro de Air France en un diario, me llamó la atención el énfasis que se daba a la posibilidad de que dos españoles viajaren en el avión. Y yo me pregunto, ¿es que el dolor de los franceses es diferente del nuestro? ¿Es que hablar un idioma diferente nos hace diferentes?. Trescientas personas se daban por desparecidas pero la noticia estába en si había o no españoles en el vuelo.

Todo esto viene a cuento por los comentarios que últimamente inundan determinados medios y que se expanden como regueros de pólvora por la población, los inmigrantes son los culpables del caos de la seguridad social, de los fraudes al seguro de desempleo y de cualquier delito que se cometa en la calle. Cuando hace un par de años nadie encontraba camareros, basureros o transportistas españoles dispuestos a hacer estos trabajos, los foráneos eran recibidos con los brazos abiertos, iban a ser la solución de nuestras pensiones futuras y los adalides de la lucha contra la inflación. Me ha sorprendido escuchar en boca de un empresario que hasta hace unos meses explotaba a sus “sin papeles” y que se ha enriquecido a su costa, que la madre de todas las desgracias es la inmigración.

El emigrante siempre será una víctima, jamás un verdugo, los auténticos culpables están aposentados en sus poltronas blindadas por contratos multimillonarios o en los paraísos fiscales viéndolas pasar mientras degustan unos canapés de Beluga con unas copitas de Dom Perignon.

¿Hasta qué palmo de la tierra soy un ciudadano y a partir de cual me transformo en un inmigrante?. Hasta hace unos años, cruzar los Pirineos sin pasaporte te transformaban en un “sinpapeles”, hoy podemos trabajar por toda Europa en plenitud de derechos. ¿Cruzar el estrecho o el océano te transforman en otro hombre?.

En los años 20 y 50, oleadas de murcianos y andaluces llegaban en los trenes patera a La Estación de Francia en Barcelona con las maletas cargadas de esperanzas, encontraron el pan y el trabajo que les negaba su tierra, hoy sus hijos niegan el mismo derecho a otros que vienen huyendo del mismo hambre y de la misma miseria, pero como me contestaba uno de estos "ex-inmigrantes", ¡¡ Nosotros teníamos papeles!!.