Hoy es la última noche del año, aquella en la que todos hacemos acopio de buenos propósitos en la que depositamos nuestras esperanzas en el nuevo año, y seguimos creyendo que el paso de un fecha puede cambiar nuestro destino.
La vida es un rio que nos arrastra inexorablemente y contra la que es imposible luchar, los mas agraciados, están en medio de la corriente y se deslizan vida abajo entre espumas y aguas perfumadas de hierba; otros son arrastrados por la ribera, golpeados por los cantos rodados, y arañados por la zarzas. La mayoría, nadamos contra corriente intentando encontrar un refugio donde tomar un poco de aire y defendernos de la inexorable riada, al final acabamos agotados, con el cuerpo y el alma destrozados por la afiladas rocas y nos dejamos llevar rio abajo rendidos y entregados a la furia del tiempo.
Solo algunos tienen la suerte de encontrar una mano, un cuerpo al que abrazarse un refugio cálido donde agarrase cuando te ahoga el desconsuelo, un pecho cariñosos donde
calentarte cuando el agua helada te entumece los músculos y te oscurece el cerebro.
Si tienes esa inmensa suerte, no le sueltes nunca de la mano, acompañale en los remansos y en las cascadas, en los rapidos y en los remolinos de la vida, solo así, un buen dia, la vida os depositará en una playa de dorada donde podréis descansar y abrazaros eternamente bajos los amorosos rayos de un cálido sol.
Que lo que nos queda de vida, sea una dulce corriente que nos empuje sin estrellarnos, nos refresque sin congelarnos y que nos lleve muy lejos, a ese paraíso que todos llevamos en el corazón y que a veces no está tan lejos como nosotros creemos. Un Beso a todos y que la fuerza nos acompañe