Puede que sea Navidad, pero sigue siendo tiempo de violencia. Anoche, cuando regresaba a casa, me encontré con una pareja de unos cuarenta años, tenían una organizada una bronca descomunal. El hombre insultaba y maldecía y ella gritaba y lloraba desesperadamente. En un momento determinado, se abalanzó sobre la mujer y empezó a darle bofetadas , no pude soportarlo y me lancé contra el agresor con la intención de evitar un desastre.
A partir de ese momento, la pareja cambio de tercio, la señora empezó a increparme y se lanzó uñas en ristre con la idea de arañarme la cara mientras el caballero intentaba ponerme un ojo a la funerala. Como no es la primera vez que me pasa algo parecido me aparté discretamente y dejé que siguiera la fiesta.
He consultado los periódicos a primera hora por ver si había ocurrido algún caso de “Violencia de género”, de momento parece ser que la tragedia se ha pospuesto por un tiempo, pero dado la intensidad de la refriega, presiento que un día u otro veremos la noticia en la prensa.
Me he pasado la noche intentando ponerme en la piel de la mujer, comprender esa complacencia que parecen mostrar muchas víctimas ante la desesperación de sus familiares, y rebuscando en la hemeroteca del foro, he encontrado el artículo que he colgado hace unos minutos y que explica de una manera detallada el drama de estas personas, que no solamente son víctimas de sus parejas, si no básicamente de su educación y de su nula autoestima.
Personalmente volveré a implicarme en la próxima trifulca, prefiero salir con un ojo morado o con la cara arañada, antes de consentir una agresión sin mover un dedo y leer al día siguiente que la pelea ha acabado en duelo, pero claro yo también soy de los que no escarmiento..
1 comentario:
Hay poeta, no somos nadie y los bajitos menos, pero los impresentables seguiran apareciendo por doquier, los caballeros cada vez menos,
como mujer te doy las gracias y sabes que te quiero, besos poeta.
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