Esta mañana he asistido a una escena que me ha hecho recapacitar. Son algo más de la diez, estoy sentado en un vagón del metro, a mi lado dos mujeres, la una de unos treinta años, la otra sobre los cuarenta y algo. Bien arregladas y con las caras radiantes de ir descansadas, mantenían más o menos esta conversación.
-Pues si, dentro de dos meses se me acaba el paro, y la verdad es que no encuentra nada que me interese, porque a mí eso de limpiar por las casa la verdad es que no se me dá-
-Pues yo, hace más de un año que estoy de baja por depresión, mi cuñado que es siquiatra me estuvo preparando para hacer bien el teatro, con un poco de suerte en unos meses me concederán una minusvalía parcial, y me quedará una buena paguita, luego te pasas por casa y yo te explico lo que tienes que hacer, veras lo sencillo que resulta … La conversación giraba sobre el tema durante más de diez minutos, con nombres y circunstancias de "paisanas" que estaban gozando de subsidios y pagas, y no crean que hablaban con discreción, yo creo que la mitad del vagón estaba al tanto de lo que decían. Una señora con cara de agotamiento que estaba sentada en el mismo banco, se ha levantado y les ha increpado diciendo.
¡Luego dicen que hay racismo!, ustedes no son emigrantes, son unos parásitos y unos delincuentes, y merecerían que las enviaran de vuelta a su tierra…
Esta escena me ha hecho recordar un comentario que me hacia ni hija hace unos meses.
Trabaja en el área de bienestar social del ayuntamiento, y me decía que determinados colectivos, lo traen todo preparado, se conocen las leyes al dedillo y copan la mayoría de la ayudas, que actúan de una manera casi científica, traen toda la documentación en regla, los informes médicos, y saben a dónde y cómo dirigirse.
Luego no se privan de jactarse en voz alta de todas las ayudas que han conseguido, provocando la indignación de los ciudadanos, a los cuales se les ha rechazado la solicitud, por defectos en el papeleo o por falta de presupuesto.
La administración debería ser muy cauta en estos aspectos, porque en una situación de crisis, cuando hay miles de personas en las listas de espera, cuando determinados enfermos son obligados a trabajar en unas condiciones inhumanas porque sus síntomas no entran dentro de un cuadro clínico empíricamente demostrable, cuando miles de parejas llevan meses o años esperando guarderías y ven como los recién llegados ocupan las nuevas plaza y ellos se quedan fuera, se puede estar incubando un caldo de cultivo en el que se engendren las peores formas de xenofobia y de racismo. En este caso las administraciones y la seguridad social están actuando muy mal. Tan mal, que no puede ser peor.
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