El hombre, con los años, va perdiendo potencia sexual, su sexualidad física, al igual que la de cualquier mamífero decae rápidamente a partir de los 50 años , pero sin embargo, su deseo a veces incluso se acrecienta. Si el hombre es lo suficientemente inteligente y tiene la experiencia necesaria, sabrá gozar de esa nueva etapa, en la cual la penetración pasará a segundo plano, pero las caricias, la ternura y el sexo oral alcanzarán niveles altamente satisfactorios.
La vida sexual del hombre puede alargarse hasta edades muy elevadas si se tiene el cuidado de no descuidarla, la actividad amorosa potencia el nivel hormonal, y evita la atrofia de los cuerpos cavernosos del pene, así mismo mantener el juego amoroso ayuda a cuidarse y mantiene muy alta la autoestima.
Una pareja de más de 55 años bien avenida, puede interpretar auténticas sinfonías amorosas, que dejan en meras sonatas las relaciones de las parejas jóvenes. Sexo tántrico, fantasías eróticas juegos atrevidos, todo eso y mucho más puede realizarse sin estar pendiente de la frecuencia del péndulo. A partir de una determinada edad “El pequeño saltamontes” se hace más caprichoso e indolente, a veces pide guerra en el momento más inoportuno y otras veces hace mutis por el foro cuando se le necesita. Una mujer experta y comprensiva, puede elevar a un hombre al séptimo cielo sin necesidad de que este consiga una gran erección.
Asi mismo, un hombre complaciente y tierno, podrá arrancar orgasmos explosivos, sin necesidad de una penetración. Lo importante es no desanimarse ante los primeros “gatillazos”, el sentido del humor es en este sentido muy importante. Y sobre todo, no caer en la tentación de recurrir a mujeres más jóvenes con la esperanza de recuperar la potencia perdida, si bien es verdad que los primeros encuentros pueden ser prometedores, rápidamente la frustración y la sensación de fracaso se abrirá camino, y entonces será demasiado tarde para volver atrás.
JUANMAROMO
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