jueves, 26 de mayo de 2011

RECETA DE AMOR



Ingredientes:
 Respeto, admiración, ternura, cariño, lealtad, amistad, compromiso, confianza, pasión, complicidad, humor y comprensión...

Primero se prepara el fuego con leña aromática, viejos y gruesos troncos capaces de arder durante mucho tiempo sin consumirse. El caldero debe ser de materiales apropiados, preferentemente de barro o de cobre. Se llena con agua cristalina de manantial y se deja que comience a hervir. Primero hay que introducir el respeto, porque es la base del guiso, sin él, el caldo jamás tendrá consistencia, después le añadimos la amistad, porque será la ligazón sobre la que el resto de los componentes tomará cuerpo, seguidamente la lealtad, la confianza y el compromiso, estos ingredientes necesitan un largo tiempo de cocción, pero una vez ligados, le darán cuerpo y caracter. Se ha de remover lentamente con cuchara de palo y paciencia de santo para evitar que se apelmace, todos los ingredientes deben quedar homogeneos y bien mezclados. Por último añadiremos la ternura, el cariño, la admiración y la pasión que la darán un sabor y un aroma irrepetible en cada guiso.
Hay que elegir los componentes de la máxima calidad, asegurándose que no estén adulterados y que tengan denominación de origen, preferentemente familiar.
Hay dos ingredientes que hay que añadir con tiento. la pasión es imprescindible, sin ella el plato carecerá de fuerza y tal vez no sea suficientemente atractivo, pero en exceso puede hacer que resulte indigesto, es aconsejable no añadirla toda de golpes, si no ir salpimentando el guiso con tiento y guardarse una parte para servir en la mesa.
La confianza es otro componente imprescindible pero que a veces no se escoge con la debida propiedad. Confianza significa no poner en tela de juicio las decisiones de nuestra pareja aunque no las comprendamos o nos resulten traslúcidas, es muy fácil navegar durante un día radiante, pero los días de niebla también hay que continuar la travesía, guisándonos de nuestro instinto y nuestra experiencia, en caso de duda, un toque de comprensión puede ser decisivo para salvar el plato.
Hay que estar muy al tanto de retirarlo cuando alcance el punto óptimo y aquí entra el toque del chef, probándolo meticulosamente hasta encontrar el momento adecuado.
Deberá servirse en un lugar apropiado, un rincón tranquilo y cálido a la luz de las velas seria el marco idóneo, como aperitivo es muy aconsejable unas copitas de cava con humor espumoso y fresco, que servirán para ir haciendo boca.
 Un vino con cuerpo a la temperatura justa, será el acompañamiento ideal a tan deliciosa velada. Los postres los dejo a la elección de cada comensal, pero aconsejo sorbetes de ternura, trufas de cariño, y porque no, unos chupitos de pasión porque la noche puede ser muy larga.

JUANMAROMO

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