Esta noche empieza un nuevo ciclo solar, hemos dado una vuelta completa a nuestra estrella madre y volvemos al mismo punto que hace 365 días, pero a millones de kilómetros de donde estábamos entonces.
Ha sido un año bochornoso en todos los aspectos, un año en el que hemos tenido que enfrentarnos a la ineptitud de los gobernantes, al espectáculo infame de una oposición sin alternativas que acuñó en su momento el "Cuanto peor, mejor" sin importarles lo más mínimo ni el país ni sus gentes. Hemos asistido a un circo de corruptelas inmobiliarias, de sobornos inconfesables que han llevado a la clase política al más absoluto de los desprestigios hasta el punto que según las encuestas, después del paro los políticos son el problema mas acuciante del país.
El capitalismo salvaje ha ido arrinconando al estado del bienestar, que enrocado en la socialdemocracia está a punto de escuchar el jaque mate mientras las entidades financieras se reparten los restos del cadáver que ellos mismos acosaron como hienas hasta acabar con su vida.
Miles de empresas familiares deben cerrar sus puertas por falta de financiación arrojando al paro a millones de trabajadores mientras los culpables de la hecatombe ponen su botín a buen recaudo en los paraísos fiscales.
Los mayores ven peligrar sus pensiones y legiones de jóvenes se ven excluidos del mercado de trabajo abocados a la mendicidad o al delito.
Vivimos más años, pero la calidad de vida cada vez es peor, la contaminación química, las radiaciones y los transgénicos han destrozado nuestro sistema inmunitario convirtiéndonos en enfermos crónicos en beneficio de los grandes laboratorios que nos utilizan como conejillos de indias primero y como ganado estabulado después.
Las grandes reservas de la biosfera están heridas, los mares envenenados por metales pesados, la pesca esquilmada, las selvas convertidas en maizales para producir biodiesel mientras el 70% de la humanidad pasa hambre, los ríos utilizados como alcantarillas al aire libre mientras el aire que respiramos es cada vez más irrespirable.
¿Estamos pues ante el inicio del apocalipsis?... Depende de nosotros, aun estamos a tiempo de dar un golpe de timón y evitar que esta nave zozobre contra los acantilados. La solución está a nuestro alcance, reducir el consumo, repartir el trabajo, utilizar energías alternativas, acabar con los grandes monopolios alimentarios que nos envenenan a y dedicar los millones de hectáreas abandonadas al cultivo ecológico. Si así lo hacemos, prescindiremos de lo superfluo, pero ganaremos tiempo para nosotros y para nuestros hijos, sanaremos física y mentalmente y legaremos a las generaciones venideras un futuro mejor.
¿Utopía?. quizás pero no inalcanzable, con los medios de comunicación en manos de nuestros explotadores, cada vez es más difícil distinguir la propaganda de la noticia, la denuncia de la calumnia, con los científicos a sueldo de las multinacionales y los ejércitos al servicio de los sicarios del poder parece que la partida está perdida, pero sigo confiando en el hombre, en el hombre que es capaz de amar, de luchar de sentir y de pensar, en el héroe anónimo que pelea por mantener su dignidad y sus principios, en el ser humano capaz de dar lo mejor de sí mismo cuando ya no tiene nada más que ofrecer.
Que este año nos traiga la luz de la esperanza, la fuerza de la fe y la inocencia para seguir creyendo que el futuro todavía es posible. Como canta Serrat "Sin utopía, la vida sería un ensayo para la muerte".
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