viernes, 22 de enero de 2010

DOCE ROSAS SIN ESPINAS


 

No des jamás la batalla por perdida, puede que sea larga, pero el resultado depende de ti.
El humor y la alegría son los mejores antídotos contra el dolor, no pierdas jamás la sonrisa.
Cuando estés en los momentos más oscuros, recuerda los días radiantes, y no dudes que el sol volverá a lucir.
Apóyate en las persona que te quieren, pero no les agobies con el peso de tu enfermedad.
La enfermedad es tuya, no culpes a nada ni a nadie, y sobre todo no transmitas tu veneno a quien te acompaña, digiérelo y expúlsalo lejos de ti.
La fibromialgia será tu compañera inseparable el resto de tu vida aprende a convivir con ella y quizás acabéis respetándoos mutuamente.
La rabia se vuelve contra ti misma, y sus mordiscos son feroces y dañinos, aléjala de ti y no la vuelvas nunca contra los que te quieren.
No dejes que el dolor se transforme en sufrimiento, el dolor es solamente físico, pero el sufrimiento es el daño del alma.
Perdona a los que no te entienden, a los que apartan de su lado, a los que molestas, porque el perdón es la mejor de las terapias.
Explica tus sentimientos y tus vivencias a quien quiera compartirlas contigo, mas piensa que no todo el mundo está preparado ni dispuesto a compartir tu dolor.
No te compadezcas, todos somos enfermos, unos del cuerpo, otros del espíritu, y el que se cree totalmente sano, es el que está peor de todos.
Y por último, no te sientas culpable de nada, no maltrates tu salud por convencionalismos sociales, eres víctima y no verdugo, llega hasta donde alcances, pero no te destroces contra las rocas de la incomprensión, porque estas tan solo devolverán tu cadáver.

JUANMAROMO

1 comentario:

Unknown dijo...

genial, sonreirrrrrr