Debo reconocer que Rosa Diez me caía bien, me parecía una persona coherente y de ideas claras, aunque discrepara con ella en muchas cosas, pero últimamente se ha quitado la careta.
Durante la huelga de hambre de Aminatu, la acompañó durante largos periodos, dándole su apoyo y soporte, viajó al Sahara, y se entrevistó con sus hijos, afirmando con toda razón que si Amanitu moria, seria una vergënza para España y para el mundo.
Juan Vilas que lleva semanas en huelga de hambre luchando por unos derechos que son los suyos y los nuestros, reivindicando con su salud y su vida la atención sanitaria y legal que se nos niega, pero Juan, no existe para La Señora Rosa.
No es rentable acercarse al portal donde se consume Juan, a interesarse por su salud y por sus reivindicaciones, los medios de comunicación estaban mucho mas pendientes de la líder Saharhui que de un pobre hombre desesperado, condenado a la miseria por obra y gracia de unos políticos sin escrúpulos y sin corazón, y Doña Rosa no quiere ensuciarse la manos ni el curriculum con un albañil enfermo y contestatario. Y yo me pregunto ¿Dimitirá alguien si Vilas muere?, ¿será una vergüenza para España y para el mundo?, quizas los políticos se guardan la vergüenza para exhibirla como la sonrisa profiden a la caza de aplausos.Como él mismo se lamantaba hace unos dias "Si fuera un etarra, me harian más caso".
Esta es la clase política que tenemos, pendiente de la foto y de los votos, de mantener la poltrona, o de conseguirla a costa de lo que sea, pero incapaces de extender la mano a quien realmente lo necesita. ¡Qué bien los retrató Aute en su canción “La belleza”
Míralos, como reptiles,
al acecho de la presa,
negociando en cada mesa
maquillajes de ocasión;
siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre,
locos por que nos deslumbre
su parásita ambición.
Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta;
mercaderes, traficantes,
mas que nausea dan tristeza,
no rozaron ni un instante
la belleza...
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