viernes, 16 de julio de 2010
LA FIBROMIALGIA NO ES EL FIN, ES TAN SOLO EL PRINCIPIO
lunes, 15 de marzo de 2010
Me llamo José Luis y mi mujer padece fibromialgia y fatiga crónica.
martes, 26 de enero de 2010
SI AMAS A UNA MUJER CON FIBROMIALGIA...
viernes, 22 de enero de 2010
DOCE ROSAS SIN ESPINAS
martes, 19 de mayo de 2009
FIBROMIALGIA, VÍCTIMAS Y VERDUGOS
Me llamo Joaquin Rodes, tengo 52 años soy arquitecto vivo en Valencia y estoy separado de una enferma de FIBROMIALGIA.
Me he decidido ha escribir esta carta tras leer cientos de artículos sobre los efectos devastadores de la fibromialgia. Se han publicado opiniones de enfermas, médicos, científicos, pero hasta ahora no se ha publicado nada sobre el efecto aniquilador de esta enfermedad en los cónyuges de las mujeres afectadas.
Nos casamos hace veinte años y tuvimos un hijo, nuestro matrimonio fue pleno y enriquecedor, había (y hay) mucho amor entre ambos. Hace cinco años, Nancy empezó a sentirse agotada, apenas podía levantarse, le dolía todo el cuerpo. Tras casi un año de pruebas, radiografias escaners, todos negativos, un reumatólogo pronunció la palabra temida, mi esposa padecía S.F.C .
Durante este año terrible, le acompañé a todas las pruebas y vistas, renuncié a dos proyectos muy importantes para poder estar con ella, nuestro hijo está estudiando e Barcelona y no podíamos contar con él.
Tras el diagnóstico, me dediqué a ella en cuerpo y alma, trabajaba desde casa, hacia todas las labores domésticas , la cuidaba, la mimaba… pero de nada sirvió. Su carácter se fue agriando, y la pagaba conmigo. Todo lo que hacía, estaba mal hecho, todo lo que pasaba era por mi culpa. La vida en común se convirtió en un reproche continuo, las amistades e incluso la familia nos abandonaron, nadie podía soportar a una persona cuyo único tema de conversación era su enfermedad, sus dolores y sus penas.
Nuestra vida sexual desapareció por completo, no podía tocarla, todo le dolía, y lo que es peor, despareció nuestra vida emotiva. Me sentía un inútil, un impotente, mi trabajo se resintió hasta tal punto, que perdí a mis mejores clientes. Un dia terrible me dijo que toda la culpa de sus males era mia, que la había abandonado, que era un egoísta y que mejor estaría sola.
Se me hundió el mundo y la vida, ya no podía más, me pasaba las noches en vela pendiente de ella, pero solo encontraba su rechazo, me sumí en un estado de profunda tristeza y desesperación, no comia, no tenia ganas de nada… Un amigo de la familia medico , al verme después de casi un año, se quedó horrorizado, había perdido quince quilos y había envejecido diez años. Me presentó a un psiquiatra de confianza, que nada más verme, me diagnosticó una depresión profunda. Me aseguró que si continuaba con ella podría llegar al extremo de suicidarme.
Teníamos una segunda residencia y decidí venderla, tras semanas de lucha conseguíos convencer a Nancy de que se trasladara a un centro donde podrían tratarla en profundidad. Llevamos cinco meses, ella internada y yo intentando rehacer nuestra vida. Hace dos meses, pidió la separación por abandono y dejación de mis deberes maritales. No pienso luchar, le daré todo lo que pida, solo espero salir de esta pesadilla que me ha llevado a las profundidades del infierno y de las que no consigo salir.
Los hombres, por pudor y por orgullo, no acostumbramos a llorar ni a contar en público nuestras penas, pero creo que publicando esta carta, muchos como yo, comprenderán que no están solos. y que no son tan inútiles como se han llegado a creeer.
Lo peor de todo es que la sigo queriendo y que a pesar de los pesares, siempre la querré…
martes, 21 de abril de 2009
REBELDIA ANTE LA INJUSTICIA
Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde. (Bertolt Brecht)
Hoy he dedicado el día e enviar cientos de correos a las administraciones públicas sobre las últimas noticias que circulan en relación a la política del INSS respecto a la fibromialgia, el SFC y el SSQM. Lo que es un hecho consumado desde siempre ahora, toma forma legal y reconocido por los mismos organismos que supuestamente son los garantes de nuestra salud.
No voy a entrar en detalles de sobras conocidos sobre los síntomas de estas enfermedades crónicas, voy a detenerme a analizar someramente la vertiente económica que conlleva la postura que la administración ha adoptado sobre estos enfermos.
Sé por experiencia, que las medicinas alternativas ejercidas por especialistas de prestigio, homeopatia, dietética, reiki o fisioterapia, son realmente eficaces contra esta enfermedad, permiten al paciente llevar una vida digna, aliviar los síntomas y proporcionar calidad de vida a estas personas que de otra manera se verían avocadas a los antiinflamatorios y antidepresivos que destrozan el cuerpo y la mente.
El problema surge cuando constatamos el coste de un tratamiento a largo plazo. Dado que la seguridad social no asume ninguno de estos fármacos ni proporciona fisioterapeutas especializados en la enfermedad, he calculado que el coste medio viene a ser de unos 400 euros/ mes. ¿Cuántas personas pueden sufragar este importe?.
Otro problema gravísimo es el que recae sobre las personas con vida laboral activa, las personas que no ejercen una actividad profesional, pueden descansar y relajarse en esos duros días en los que el cuerpo se niega a obedecerte, pero si tienes unos compromisos laborales o profesionales, la cosa se complica.
Estas enfermedades conllevan periodos de total inhabilitación para llevar una vida activa, si el paciente debe asistir al trabajo y le es imposible moverse, y dado que la s.s. niega draconianamente las bajas por fibromialgia, solo tiene dos alternativas, o aguantar hasta que le despidan, o pactar con la empresa para acceder al paro y después al subsidio.
Cuando una persona lleva cotizando 40 años, y se encuentra en esta tesitura, la situación aboca en la rabia y en la desesperación, a parte de la tragedia que en si misma conlleva la enfermedad, hemos de sumarle el desamparo económico y humano por parte de aquellos estamentos a los que ha cotizado durante decenios, y que ahora le arrojan a los leones sin ningún miramiento.
Una solución seria la reducción de jornada, la bajas programadas o las jubilaciones parciales, nadie está pidiendo la invalidez salvo en casos extremos, pero ya vemos que la política del ministerio y las autonomías es la de desatender y abandonar a su ¿suerte? a estos pacientes que al fin y al cabo son de su exclusiva responsabilidad.
martes, 17 de febrero de 2009
CARTA ABIERTA A LA SRA MARINA GELI. Consellera de salut de La Generalitat de Catalunya
En la primera visita a un centro reumatológico de prestigio, el diagnóstico fue inapelable, fibromialgia en su grado máximo. Tras asumir el trauma, decidimos recurrir de nuevo a las SS para buscar remedio o alivio, pero lo único que encontramos fue incomprensión y desdén por parte del “médico de familia” que nos correspondía. Gloria estaba totalmente imposibilitada para llevar una vida normal, hasta tal punto que estuvimos mirando sillas motorizadas para permitirle una mínima movilidad por la ciudad. Pues bien, en cuanto los “responsables” de las SS, tuvieron conocimiento del diagnostico, la respuesta fue inmediata. Inspección del ICAM , un tercer grado en el que fue tratada poco menos que de farsante y estafadora, y el alta inmediata.
No importaba que no pudiera caminar, que tuviese mareos y agotamiento, que el riesgo de ser atropellada en la calle o pisoteada en el metro fuese muy alto, la sentencia fue inapelable y despiadada, además durante seis meses, cualquier baja del tipo que fuese, debería ser tramitada por inspección, y no por el médico de cabecera.
Durante estos años hemos recurrido a la homeopatía, a la fisioterapia y a una alimentación cuidadísima para poder hacer la enfermedad soportable, y poder ir a trabajar con relativa normalidad aun a costa de grandes esfuerzos y sacrificios. El coste económico del tratamiento es muy alto, y lógicamente corre totalmente de nuestra cuenta. Desde hace dos años estamos esperando que se nos llame del Hospital del mar para hacer un seguimiento de la enfermedad, pues eso, estamos esperando. Hoy hemos “visitado” por primera vez al reumatólogo de la seguridad social. Un medico joven y sincero, que lo primero que nos ha dicho, es que tiene tres mil pacientes para él solo, que es imposible hacer un seguimiento, que lo único que podía hacer es darnos unos impresos de cómo tratar la enfermedad y que todo es un problema político y presupuestario.
Nos ha confirmado lo que ya sabíamos, que los facultativos no tienen ni idea de cómo tratar la enfermedad, y que además tienen órdenes de las altas esferas, de no dar bajas por enfermedades como la fibromialgia o el s.f.c.
Espero que nunca ni Ud ni nadie de su familia tenga que pasar por una situación tan cruel y tan aberrante que hasta a Kafka se le pondrían los pelos de punta.