martes, 17 de febrero de 2009

CARTA ABIERTA A LA SRA MARINA GELI. Consellera de salut de La Generalitat de Catalunya



Según la definición, secta es una organización en la que se te explota, se te humilla se te somete a vejaciones y malos tratos y de la que es imposible salir, pues bien, entonces la seguridad social es una secta.
Hace más de dos años, que tras un vía crucis por gabinetes radiográficos y ecográficos , pruebas, visitas al traumatólogo y meses de desesperación y sufrimiento, decidimos recurrir a la medicina privada.

En la primera visita a un centro reumatológico de prestigio, el diagnóstico fue inapelable, fibromialgia en su grado máximo. Tras asumir el trauma, decidimos recurrir de nuevo a las SS para buscar remedio o alivio, pero lo único que encontramos fue incomprensión y desdén por parte del “médico de familia” que nos correspondía. Gloria estaba totalmente imposibilitada para llevar una vida normal, hasta tal punto que estuvimos mirando sillas motorizadas para permitirle una mínima movilidad por la ciudad. Pues bien, en cuanto los “responsables” de las SS, tuvieron conocimiento del diagnostico, la respuesta fue inmediata. Inspección del ICAM , un tercer grado en el que fue tratada poco menos que de farsante y estafadora, y el alta inmediata.

No importaba que no pudiera caminar, que tuviese mareos y agotamiento, que el riesgo de ser atropellada en la calle o pisoteada en el metro fuese muy alto, la sentencia fue inapelable y despiadada, además durante seis meses, cualquier baja del tipo que fuese, debería ser tramitada por inspección, y no por el médico de cabecera.

Durante estos años hemos recurrido a la homeopatía, a la fisioterapia y a una alimentación cuidadísima para poder hacer la enfermedad soportable, y poder ir a trabajar con relativa normalidad aun a costa de grandes esfuerzos y sacrificios. El coste económico del tratamiento es muy alto, y lógicamente corre totalmente de nuestra cuenta. Desde hace dos años estamos esperando que se nos llame del Hospital del mar para hacer un seguimiento de la enfermedad, pues eso, estamos esperando. Hoy hemos “visitado” por primera vez al reumatólogo de la seguridad social. Un medico joven y sincero, que lo primero que nos ha dicho, es que tiene tres mil pacientes para él solo, que es imposible hacer un seguimiento, que lo único que podía hacer es darnos unos impresos de cómo tratar la enfermedad y que todo es un problema político y presupuestario.

Nos ha confirmado lo que ya sabíamos, que los facultativos no tienen ni idea de cómo tratar la enfermedad, y que además tienen órdenes de las altas esferas, de no dar bajas por enfermedades como la fibromialgia o el s.f.c.

Y yo le pregunto a Ud Sra Geli, consellera de salud de la Generalitat de Catalunya, ¿para esto llevamos cuarenta años cotizando? ¿así se trata a la personas que han trabajado durante decenios sin pedir ni un solo día de baja, criando y educando a a los que después nos tomarán el relevo?.
¿Debemos consentir que se nos trate como delincuentes, como vagos o como farsantes?.

Señora Consellera, exijo que se nos dé de baja de inmediato de esta secta que nos explota, nos humilla y nos somete a todo tipo de vejaciones. Nos negamos a pagar 1.200 euros mensuales a cambio de prepotencia desidia y malos tratos. Ya estamos pagando una mutua, una medicación y unos terapeutas que usted ni sabe ni quiere proporcionarnos.
¿Dónde están esos centros de atención a los enfermos de fibromialgia que se anunciaron a bombo y platillo hace ya casi un año? . Basta ya de mentiras y demagogia, si no le dan medios para cumplir su cometido con dignidad, dimita, pero no se aferre a una poltrona cobrando de la gente a la que ningunea y engaña.

Espero que nunca ni Ud ni nadie de su familia tenga que pasar por una situación tan cruel y tan aberrante que hasta a Kafka se le pondrían los pelos de punta.

1 comentario:

Isabel S. Altet dijo...

¡Estupenda iniciativa! Todo mi apoyo. Yo me pasé por mi enfermedad, el síndrome de Menière, yendo a trabajar en taxi desde mi ciudad hasta Barcelona más de 5 años porque era incapaz de realizar el largo viaje en transporte público de pie, con aglomeraciones, sin sufrir un ataque de vértigo y tener que bajar en cualquier estación para ir derecha al primer servicio que encontrara. Nadie en absoluto recoge este sufrimiento sino que encima te tratan de neurótica, histriónica -sin saber ni lo que quiere decir esta palabra como categoría nosológica-, etc.

Lo último que hemos de hacer es callar o darnos por vencidos. Demasiada gente está sufriendo lo indecible ante la indiferencia de muchos y la arrogancia, soberbia ignorancia, de gran parte del personal sanitario.