La lluvia bendice la tierra con su tráslucido manto. Sacia los campos e ilumina los bosques. La primavera estalla en mil reflejos plateados mientras los árboles empiezan a vestirse con sus mejores galas. Salr a pasear bajo la lluvia es un rito que nos integra con la naturaleza, mil olores, sonidos y colores te asaltan los sentidos mientras el alma rinde pleitesia a La Madre Tierra que se despereza de su letargo invernal.
Juanmaromo
1 comentario:
Buenas tardes Juanm.,
Preciosa reflexión. Me gusta la lluvia, aunque aquí nos falte tanto. Pero adoro el sonido del agua cuando cae, y la sensación de limpieza en el aire que queda despues. Y la dosis de melancolía y un puntito de tristeza que me invade, sin motivo alguno.
Besos, tantos como lluvia de sentimientos nos regalas....apuntas siempre a tormenta.
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