sábado, 4 de abril de 2009

ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE

El tren silbaba entrando en el andén, se apeó presurosa, llegaba tarde. Subió por las escaleras mecánicas a toda prisa porque para ellos el tiempo valía más que los diamantes.
Allí estaba él esperando impaciente, no más verla, se abalanzó sobre ella y se abrazaron en un lazo cálido y profundo como el seno materno, sus labios se buscaron con ansia y aquel beso iluminó la bóveda de la estación.
Se tomaron de la mano y colgados de la mirada salieron a la calle, en el amplio paseo no existía nada que no fueran ellos, un taxi los depositó en la playa, sus manos no se habían separado ni un solo segundo.
Pasearon como dos novios respirando su aliento y besándose en cada esquina, besos largos, cálidos y eternos como el amor que les unía, nada ni nadie importaba más allá de sus ojos.
Encontraron una terraza solitaria a la orilla del mar y tomaron asiento mientras compartían su amor y sus recuerdos, la brisa marina acariciaba sus rostros iluminados por la ternura.
Sus labios se buscaban cada vez con más ansias, los besos se hacían eternos como la espera que les precedía, ella le tomo de la mano y le condujo a los servicios ubicados en los sótanos, una cuadrilla de operarios colocando pladur los vieron pasar incrédulos y encerrarse en el baño de caballeros.
Cuando la puerta se cerró, el lavabo se transformó en un altar, la diosa del amor emergía de entre las aguas, cuando sus pechos volaron altivos perfumando la estancia, el los adoró con sus manos y con su lengua, después, postrado ante ella, bebió de su cáliz hasta embriagarse, cuando llegó el climax, ambos volaron hacia el Parnaso, mientras las labios de Eva extraían hasta la última gota de placer de su amante.
Subieron las escaleras ignorando todo lo que les rodeaba, y salieron al paseo, el mar les enviaba guiños cómplices mientras el sol les miraba con envidia.
Un taxi los devolvió a  la cruda realidad, la estación era como el túnel del tiempo que los separaba, se abrazaron con la desesperación de los condenados, el beso del adiós les quemaba los labios, una mirada infinita les unió hasta que ella se perdió lentamente en el túnel....

 JUANMAROMO

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