Uno de los motivos por los que la gente no ha entendido la historia de España es porque a nadie la ha interesado explicarla objetivamente. Unos y otros, han arrimado el ascua a su sardina manipulando datos y documentos, han destruido archivos, y lo que es peor han tergiversado el verdadero sentido de los acontecimientos reales inventando otros ficticios.
Decía Maquiavelo que para crear un país, había que buscar unos mártires e inventarse una historia heroica, y eso es lo que hicieron todos los países en ciernes, Inglaterra con Camelot, Alemania con Los Nibelungos, Francia con Roland y España con la reconquista.
El término España, deriva de Hispania, el nombre que impusieron los romanos a la península. Por aquel entonces, estaba poblada por Los Iberos, un pueblo procedente del norte de áfrica, morenos, corpulentos y de baja estatura, que se extendieron por todo el territorio, siglos más tardes, los celtas, altos y pelirrojos, procedentes de centroeuropa, ocuparon Galicia y el norte de Castilla fusionándose con los Iberos y formando en la meseta el pueblo celtíbero.
Tras una durísima resistencia, la dominación romana aglutinó a todos bajo el mismo idioma, dividió el territorio en regiones administrativas y lo incorporó totalmente al imperio. De Hispania surgieron sabios, artistas y emperadores, fue la provincia más rica y culta de Roma.
Tras la muerte del último Cesar, Hispania se desmembró, los centuriones se repartieron los territorios hasta que fueron barridos por las invasiones germánicas.
Tras unos años de luchas, los Visigodos se apoderaron de todo el territorio y establecieron una dominación tiránica, nunca se fusionaron con el pueblo hispanorromano, y mantuvieron su religión (el Arrianismo) y su idioma. Las continuas guerras intestinas acabaron con la entrada de las fuerzas bereberes (Iberos) llamadas a por Wamba para ayudarle a derrocar a Roderico, el último rey Godo en la legendaria batalla de Guadalete
La razón por la que veinte mil hombres dominaran la península en quince años años está clara, el pueblo se sentía mucho más próximo racial y culturalmente con ellos que con los godos a los que odiaban. La ola de islamización se extendió como una mancha de aceite, por aquel entonces esta religión era mucho más permisiva y culta que la cristiana, además, mozárabes y judíos podían seguir practicando sus cultos públicamente con tan solo pagar unos diezmos.
Durante más de un siglo, El califato de Córdoba fue un emporio de cultura y riqueza, sabios filósofos y médicos de todas las religiones exponían en público sus doctrinas y polemizaban sobre ellas, pero corrían malos tiempos para la libertad religiosa, por un lado, los islamistas fanáticos veían en Al-Ándalus un ejemplo de corrupción y relajación moral y declararon la guerra santa, un ejército de Almorávides y más tarde Almohades, la invadieron y acabaron con el califato y su cultura, era el fin de un ensueño.
Por otro lado, los reductos del norte que habían resistido en la cornisa cantábrica y en los Pirineos la ocupación musulmana, aglutinados por nobles godos y tribus cántabras y vascongadas, fueron uniendo sus fuerzas y se formaron los primero reinos cristianos, Carlomagno habia frenado a los musulmanes en Poitiers y los empujó hasta el sur del Ebro creando "La Marca Hispánica", origen de los condados catalanes. A base de alianzas guerras y matrimonios acabaron siendo únicamente tres, Castilla, Aragón y Navarra.
Lo que se llamó siglos más tarde "Reconquista", fue una lucha feudal entre distintos reyes en los que se cambiaban las alianzas según convenía, de hecho Rodrigo Díaz, "El Cid", lucha tanto del lado de los reyes "Moros" como de los "Cristianos" según sus intereses personales.
Con la conquista de Sevilla, se estabiliza el frente durante dos siglos, y el reino de Granada, último reducto del Al-Ándalus conoce una época de esplendor y riqueza, a parte de alguna escaramuza entre nobles a cusa de tierras o alcázares, la paz prevaleció durante generaciones.
La llegada al trono de Isabel, una mujer inteligente y ambiciosa, y la coronación de Fernando, un hombre astuto y discípulo de Maquiavelo , terminó con la tregua. La boda entre ambos fue el detonante de la guerra final, debilitado por rencillas intestinas y engañado con falsas promesas de generosidad y tolerancia, Boabdil, entrega las llaves de Granada a Los Católicos, la suerte está echada.
Con la conquista de Sevilla, se estabiliza el frente durante dos siglos, y el reino de Granada, último reducto del Al-Ándalus conoce una época de esplendor y riqueza, a parte de alguna escaramuza entre nobles a cusa de tierras o alcázares, la paz prevaleció durante generaciones.
La llegada al trono de Isabel, una mujer inteligente y ambiciosa, y la coronación de Fernando, un hombre astuto y discípulo de Maquiavelo , terminó con la tregua. La boda entre ambos fue el detonante de la guerra final, debilitado por rencillas intestinas y engañado con falsas promesas de generosidad y tolerancia, Boabdil, entrega las llaves de Granada a Los Católicos, la suerte está echada.
Una vez unificada la península se afianza un un concepto que los historiadores españoles no han sabido o no han querido explicar, "La Corona".
Mientras castilla siempre fue un reino monolítico que absorbió León y Galicia , Aragón siempre respetó la independencia de los reinos anexionados, así bajo La Corona de Aragón, se encontraban el reino de Aragón, el Condado de Barcelona, el Reino de Valencia, el de Nápoles y las dos Sicilias, todos ellos tenian cortes y gobiernos propios unidos solamente por compartir el mismo rey. Los Parlamentos negociaban sus pagos a la corona y la cesión de hombres al rey para sus campaña militares. Durante el reinado de los Austrias, se mantuvo el estatus, por ejemplo, la corona de Aragón se negó a aportar fondos para la conquista de América y por ello no podían comerciar con "las Indias", también se negó en varias ocasiones a aportar oro y fuerzas para los tercios de Flandes, lo que acabó con la invasión del ejercito castellano a Catalunya cuyos ciudadanos fueron obligados a acoger y a soportar a los tercios de Felipe IV, lo que desencadenó el furor popular que acabó en el celébre Corpus de sang.
Cuando Carlos II muere sin descendencia, estalla la guerra de sucesión. Mientras Portugal y Cataluña apoyan a Carlos conocedores de sus ideas centralistas, los castellanos y franceses apuestan por Felipe de Borbón. Las tropas borbónicas invaden Cataluña, circunstancia que aprovecha Portugal, ayudado por Inglaterra, para proclamar su independencia. El final de la guerra con la caída de Barcelona, supone el fin de los reinos independientes y la creación del Reino de España, anulando las cortes de Aragón y la Generalitat de Cataluña, sólo Navarra conserva sus fueros por el apoyo a Felipe y a Francia. El Decreto de Nueva Planta supone el fin de las libertades de los catalanes y el sometimiento por la fuerza a la corona castellana y a los Borbones.
A partir de este momento nace España, un conglomerado de pueblos sometidos por las armas, y que a golpes de látigo y fierro fue tomando la forma que los reyes absolutistas le impusieron, hasta llegar a la dictadura franquista. El cenit del ideal de la España Una, Grande y Libre, bañada en la sangre de sus hijos, como unidad de destino en lo universal.
JUANMAROMO
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