miércoles, 10 de septiembre de 2008

...SALVIA, ROMERO Y TOMILLO



Hace treinta y cinco años, estaba a punto de cumplirse el sueño de mi vida, me levante aquella mañana sin tan siquiera sospechar que el momento mágico apuntaba en el horizonte. Recuerdo mis pasos presurosos subiendo las escaleras con una botella de cava en una mano y tu cintura en la otra, recuerdo mi casa vacía, mis padres a años luz de la cama y tus ojos limpios como luceros del alba, la música sonaba en silencio ..." Are you going to Scarborough Fair". Mis manos arrancaron los pétalos de tu vestido y tu pura desnudez me estallo entre los brazos dejándome ciego a todo lo que no fueras tu. Nunca imagine tanta hermosura, tu cuerpo de niña temblándome entre las manos, tus ojos de mujer envolviendo los míos tus labios abiertos a mis besos como pajarillos hambrientos. El tiempo y el espacio desaparecieron cuando tendida en la cama, pude sentir tus pechos latir entre mis manos como conejillos asustados, cuando el embrujo de tu aroma me envolvió en una mágica telaraña de la que ya nunca pude deshacerme. Cuando tu y yo recuperamos nuestra entidad abrazados en un cósmico abrazo, supe que dios existía, que tanta belleza y tanto sentimiento, no podían nacer nada mas que de un amor infinito ... Han pasado los años, pero cada vez que te miro, cada vez que siento tus pechos fundirse entre mis labios y tus muslos enredarse entre mi cintura, se que nada ni nadie podrá separarnos, que desde aquel día, un solo corazón nos anima y a pesar de los pesares, ni mi cuerpo ni mi alma han querido jamás a otra mujer que no fueras tu.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi querido amigo Juan: no podías expresar de mejor manera lo que es el amor de verdad, sin trampa ni cartón...y cómo habéis sabido llevar con el paso del tiempo ese amor y pasión de una forma serena...mis felicitaciones. Águeda