viernes, 29 de mayo de 2009

EL CAFÉ TENDRÁ QUE ESPERAR




Acababa de levantarme, eran las doce del mediodía y necesitaba úrgete mi dosis de cafeína. Me lavé la cara con agua fría para intentar despejarme, nos habíamos acostado a la cuatro y aun llevaba la caraja colgando. En ese momento entraste en el cuarto de baño, llevabas esa camisita blanca que mostraba tus muslos poderosos y suaves, e insinuaba el nacimiento de tus pájaros de fuego. Te acercaste a mí y me besaste en los labios, en ese momento me envolvió ese mágico aroma que solo tú emanas y supe que el café tendría que esperar un buen rato.
A pesar de tus protestas, te volteé, e introduje mi mano por entre tus braguitas acariciando tus nalgas en profundidad mientras te besaba el cuello dulcemente. La resistencia apenas duró unos segundos, mi mano profundizó por el desfiladero, y pronto llegué a tu valle encantado.
El bosque cálido y empapado me condujo hacia la cueva de los placeres, de la que manaba el agua de la vida. Mi mano derecha ascendió por tu vientre, y comenzó a escalar las montañas de fuego hasta encontrar cráteres ardientes, que amenazaban con entrar en erupción.
Mi mano izquierda trabajaba al unísono tu pistilo y tu ojo dorado, que apenas oponía resistencia al avance de mi dedo, mientras mi ariete se restregaba furioso por entre las mejillas macizas de tu espalda. Te alcé entre mis brazos y te deposité en la cama con las piernas extendidas mostrándome tu flor en plena primavera.
Me desplomé entre tus muslos, y mi boca se enredó entre tus grandes pétalos mientras mi lengua se sumergía en tu cáliz buscando el pistilo, solo podía oir tus gemidos de placer y sentir las convulsiones de tu vientre , mordí tu monte y mis labios aprisionaron los pequeños sépalos mientras me bebía sus jugos con avidez. Cuando empecé a notar tus convulsiones, introduje mi dedo en las arenas movedizas, mientras te mordía los pezones con sádica suavidad, lamiendo tus axilas y recorriendo las areolas con la punta de mi lengua incendiada.
De repente noté que el terremoto era imparable, dirigí mi mástil hacia tu puerto y lo clave hasta la arboladura, una y otra vez, mientras tu aullabas y gemías con la piel al rojo vivo.
De repente un maremoto me arrasó el cuerpo, surgiendo de mi sexo me inundo el cerebro hasta hacerme perder la noción del tiempo, sentí un caudal de fuego escapar de mis entrañas mientras lamia con locura tus pechos que brincaban como queriendo levantar el vuelo.
Me desplomé a tu lado y me enredé entre tus brazos y tus muslos mientras te besaba los ojos y los labios con dulzura. El café no llegó hasta bien avanzada la tarde.

miércoles, 27 de mayo de 2009

DEMOCRACIA E INFORMACIÓN

“Todo por el pueblo, pero sin el pueblo”. Esta frase fue acuñada por el despotismo ilustrado allá por el siglo XVIII, pero parece ser que nuestras democracias la están haciendo suya.

No voy a entrar en el tema de cómo Hitler, Bush , Aznar o Berlusconi pudieron ser elegidos democráticamente, porque habría material para una tesis. Me refiero a la falta de información oficial con que se elaboran leyes tan importantes como la llamada “Ley del aborto”.

Cuando pienso en la ingente cantidad de basura que nos ofrece la televisión, no puedo por menos que pensar en lo necesario que sería un programa en el que nuestros legisladores, nos explicaran en qué consisten esos proyectos en los que trabajan, y como van a repercutir en la ciudadanía.

Hay procedimientos protocolarios que escapan a la comprensión y al interés del ciudadano medio, pero leyes como la de seguridad , el código penal, y todas aquellas que afectan a nuestros derechos fundamentales , deberían ser explicadas y debatidas en la televisión estatal, que es el medio ideal para que el gobierno ( no el partido en el gobierno) nos de a conocer todos aquellos proyectos que puede afectar nuestras vidas.

A veces me dá la impresión de que nos tratan como a niños, pero no es de extrañar, porque nos comportamos como tales. Tendemos a eludir nuestras responsabilidades políticas y participar en el juego democrático solo mediante el voto y a veces ni eso.

Nuestras organizaciones sindicales, de consumidores, de vecinos, es decir todas aquellas que pueden influir en la defensa de intereses, son las menos poderosas de Europa, preferimos ejercer el derecho al pataleo en la barra de un bar, o silbando al himno en un partido de futbol.

La democrácia cada vez dista más del ciudadano, y esto es un síntoma muy peligroso si lo unimos a la crisis económica y a los voceros de una derecha retrógrada, clasista y xenófoba. Los virus fascistoides y totalitarios están esperando el más mínimo descuido para invadir nuestro sistema político y destruir lo que resta del estado de derecho.

Hay demasiado en juego para dejarlo en manos de los políticos. Recuerdo una frase que corría de boca en boca durante la mal llamada “Transición”.

"SI NO HACES POLÍTICA, OTROS LA HARÁN POR TI”.


viernes, 22 de mayo de 2009

TECNOLOGIA ¿ALAS O CADENAS?




Este es mí puesto de trabajo desde hace casi cuarenta años. Desde aquí he superado crisis, he capeado temporales, he sufrido presiones y depresiones. El trabajo ha sido como mi casa, cuando empecé, trabajaba de siete de la mañana a ocho de la noche menos una hora para comer sábados incluidos, Gloria me decía que me llevara la cama a la oficina.

Poco a poco conseguí ganar tiempo libre, primero fueron los sábados por la tarde, después el día completo, me costó sudor y lágrimas conseguirlo, pero el primer fin de semana en casa, fue uno de los días más felices de mi vida.
Durante años estuve atado a la línea telefónica, era como la cadena que me amarraba a la bola de reo. La aparición de la telefonía móvil primero, y la derivación de llamadas después, me permitió trabajar fuera de la oficina, salir a desayunar, y en la actualidad trabajar desde casa por las tardes.
Gracias a un equipo informático de última generación, puedo desplazarme a cualquier lugar de una manera transparente para el cliente, recibir correo y faxes de manera instantánea, incluso desde el metro atiendo servicios. Los sistemas de navegación me permiten controlar la flota desde cualquier lugar y planificar rutas con plena seguridad.
La tecnología ha aumentado mi calidad de vida drásticamente, y en estas épocas de vacas flacas en las que paso horas y horas sin apenas trabajo, me ha permitido volver a escribir y conocer amigos que han llegado a ser como hermanos ¿o debería decir hermanas? a pesar de no habernos visto nunca, ser leído diariamente por miles de personas y tener un aliciente para levantarme cada mañana.
Ahora mismo estoy escribiendo mientras desayuno desde el miniPC, cuando acabe de redactar el post, lo enviaré por intranet al ordenador central. Luego en la oficina montaré la fotografía y la colgaré en el blog.
La tecnología es inocua en si misma, puede servir para liberarte o para encadenarte, ponerte alas o ckavrte cadenas, todo depende de tu voluntad y tu necesidad. Solo tienes que apretar un botón y volverás al siglo XIX, tú decides.

jueves, 21 de mayo de 2009

¿CERDO MACHISTA O VIEJO VERDE?




La semana pasada, mientras cancelaba mi billete de metro, un “caballero “se coló detrás de mí antes de se cerraran las puertas, sentí el roce de su bragueta en mi cuarto trasero, me giré airado y le increpé, me temo, con excesiva virulencia.
Esta mañana, se ha repetido la escena, pero la protagonista ha sido una señorita que al realizar la “maniobra”, ha acariciado mi espalda con los agudos vértices de sus senos. Por pura equidad, debería haberle increpado con la misma dureza que al varón, pero no, solo me ha faltado tenderle la alfombra para que bajara por la escalera.

Mientras realizaba el viaje hacia el trabajo. iba recapacitando sobre mi actitud, y he llegado a una triste conclusión, o soy un viejo verde, o soy un cerdo machista. Aunque me temo que alguno de ustedes opinara que lo uno no quita lo otro.









miércoles, 20 de mayo de 2009

¿APOCALÍPSIS O RENACIMIENTO?




Hoy me había propuesto escribir un artículo sobre la situación económica, pero no volveré a hablar de crisis, porque a estas alturas, ya no se puede hablar de crisis. Se ha completado un macro ciclo que empezó tras la segunda guerra mundial, (aunque en España, a causa de la dictadura se retrasó veinte años, ) y ahora estamos alumbrando una nueva época en la cual de deberemos afrontar que el mito del crecimiento continuo se ha esfumado. El pastel no solamente no crece sino que empieza a disminuir, los recursos se agotan, el planeta está a punto de entrar en coma y debemos mentalizarnos en que nada volverá a ser como antes.
Si no queremos que esto acabe en una revuelta generalizada, debemos aprender a repartir la tarta con justicia, reinventar el concepto de trabajo, distribuir las rentas y adaptarnos a consumir menos y mejor. Ya sé que los desarrollistas a ultranza nos incitan a seguir consumiendo para salvar la industria y la producción, pero eso es una huida hacia adelante que solo nos conduce al abismo.
Hace falta una nueva planificación económica y social, se acabaron las segundas y terceras residencias, la vivienda en propiedad, los coches de lujo y los viajes millonarios financiados con créditos a largo plazo. Si nuestros gobernantes, nuestros economistas, y nosotros mismos fuéramos capaces de aceptar el reto, podíamos derivar hacia una sociedad en la que trabajaríamos seis horas diarias, viviríamos en viviendas de alquiler prescindiendo del consumismo innecesario y de las necesidades ficticias.
Podríamos dedicar más tiempo a nuestros hijos y a nosotros mismos, la bajada del consumo reduciría la contaminación, y la mano de obra excedente de la industria podría reciclarse en servicios sociales y agricultura ecológica, no olvidemos que en España hay millones de hectáreas de tierra feraz en barbecho porque actualmente no es rentable cultivarla.
Enfermedades como el cancer, la leucemia y la depresión disminuirian drásticamente, y la investigación se dirigiria hacia el bienestar y el cuidado del planeta en lugar de a la obtención de beneficios rápidos y cuantiosos.

Deberíamos fomentar la formación integral de la persona, eliminar la tensión y el stress producido por la competitividad suicida y cultivarnos como seres humanos en unión con el cosmos y con la madre tierra.
No soy un ingenuo y sé que este planteamiento roza la utopía, pero en una época en que todo el mundo habla de cataclismo, caos y apocalipsis, solo la utopía nos abre las puertas de la esperanza. Ojalá sepamos aprovechar esta oportunidad, porque me temo que puede ser la última.



JUANMAROMO









martes, 19 de mayo de 2009

FIBROMIALGIA, VÍCTIMAS Y VERDUGOS

Me llamo Joaquin Rodes, tengo 52 años soy arquitecto vivo en Valencia y estoy separado de una enferma de FIBROMIALGIA.

Me he decidido ha escribir esta carta tras leer cientos de artículos sobre los efectos devastadores de la fibromialgia. Se han publicado opiniones de enfermas, médicos, científicos, pero hasta ahora no se ha publicado nada sobre el efecto aniquilador de esta enfermedad en los cónyuges de las mujeres afectadas.

Nos casamos hace veinte años y tuvimos un hijo, nuestro matrimonio fue pleno y enriquecedor, había (y hay) mucho amor entre ambos. Hace cinco años, Nancy empezó a sentirse agotada, apenas podía levantarse, le dolía todo el cuerpo. Tras casi un año de pruebas, radiografias escaners, todos negativos, un reumatólogo pronunció la palabra temida, mi esposa padecía S.F.C .

Durante este año terrible, le acompañé a todas las pruebas y vistas, renuncié a dos proyectos muy importantes para poder estar con ella, nuestro hijo está estudiando e Barcelona y no podíamos contar con él.

Tras el diagnóstico, me dediqué a ella en cuerpo y alma, trabajaba desde casa, hacia todas las labores domésticas , la cuidaba, la mimaba… pero de nada sirvió. Su carácter se fue agriando, y la pagaba conmigo. Todo lo que hacía, estaba mal hecho, todo lo que pasaba era por mi culpa. La vida en común se convirtió en un reproche continuo, las amistades e incluso la familia nos abandonaron, nadie podía soportar a una persona cuyo único tema de conversación era su enfermedad, sus dolores y sus penas.

Nuestra vida sexual desapareció por completo, no podía tocarla, todo le dolía, y lo que es peor, despareció nuestra vida emotiva. Me sentía un inútil, un impotente, mi trabajo se resintió hasta tal punto, que perdí a mis mejores clientes. Un dia terrible me dijo que toda la culpa de sus males era mia, que la había abandonado, que era un egoísta y que mejor estaría sola.

Se me hundió el mundo y la vida, ya no podía más, me pasaba las noches en vela pendiente de ella, pero solo encontraba su rechazo, me sumí en un estado de profunda tristeza y desesperación, no comia, no tenia ganas de nada… Un amigo de la familia medico , al verme después de casi un año, se quedó horrorizado, había perdido quince quilos y había envejecido diez años. Me presentó a un psiquiatra de confianza, que nada más verme, me diagnosticó una depresión profunda. Me aseguró que si continuaba con ella podría llegar al extremo de suicidarme.

Teníamos una segunda residencia y decidí venderla, tras semanas de lucha conseguíos convencer a Nancy de que se trasladara a un centro donde podrían tratarla en profundidad. Llevamos cinco meses, ella internada y yo intentando rehacer nuestra vida. Hace dos meses, pidió la separación por abandono y dejación de mis deberes maritales. No pienso luchar, le daré todo lo que pida, solo espero salir de esta pesadilla que me ha llevado a las profundidades del infierno y de las que no consigo salir.

Los hombres, por pudor y por orgullo, no acostumbramos a llorar ni a contar en público nuestras penas, pero creo que publicando esta carta, muchos como yo, comprenderán que no están solos. y que no son tan inútiles como se han llegado a creeer.

Lo peor de todo es que la sigo queriendo y que a pesar de los pesares, siempre la querré…

jueves, 14 de mayo de 2009

SUEÑOS HÚMEDOS







Me desperté de madrugada, estaba inquieto y no había parado de dar vueltas en la cama. Allí estaba ella, lánguida y hermosa, dormida como un ángel en el paraíso. Respiré su cálido aroma, ese perfume natural e inconfundible que me haría distinguirla entre millones de hembras y algo se removió entre las sábanas. La destapé cuidadosamente, no quería despertarla, la noche era tibia y apenas una blusita velaba sus encantos.



Separé con delicadeza las dos piezas que la cubrían, los senos se elevaban al compás de la respiración, como ofreciéndose generosamente a mis labios, eran claros y tiernos como panecillos recién orneados coronados por fresas doradas. Su vientre femenino y cóncavo acababa en el monte de los deseos, alfombrado por un césped oscuro que se perdía entre los muslos cruzados.



Recorrí con mi dedo el sendero desde el ombligo hasta el pubis, y sentí un ligero temblor, se volteó ligeramente y el cáliz de su rosa quedó al descubierto. En esos momentos me invadió un fiero deseo de poseerla, pero no era el momento. Separé con mimo sus columnas plateadas y sentí palpitar su copa ya semiabierta.





Deslice la palma de mi mano sobre su bosque encantado y la suave caricia me invadió todo el cuerpo, mis dedos se enredaron en su espesura mientras mi ariete pugnaba por escapar de la prisión que le oprimía. Al llegar a la sima, mi dedo se hundió en las húmedas profundidades y sentí como todo su cuerpo se estremecía, me detuve un instante temiendo despertarla, pero volvió a dormitar con una dulce sonrisa.



Acerqué mi lengua a sus mágicos fresones, y casi sin rozarlos, los envolví en una suave caricia, al sentir mis labios, se alzaron orgullosos como pidiendo guerra. Me recreé, acariciando sus pechos suaves como tórtolas, mientras los dedos rozaban las areolas de sus pezones que florecieron como capullos de rosas. Su respiración se agitaba con una suave cadencia. Mi dedo se introdujo más profundamente, buscando el botón dorado que se escondía en las profundidades, la entrada estaba empapada, y su fuente empezó a manar con abundancia, dos de mis dedos, aprisionaron suavemente su pistilo y lo masajearon lenta y ausadamente. Su aliento se era cada vez más agitado, las mejillas se tiñeron de arrebol, y los labios se entreabrieron jugosos. Segui acariciándola rítmicamente. De repente, su vientre se alzó y las paredes de su corola empezaron a cerrarse espasmódicamente sobre mis dedos.



Un gemido lánguido e intenso surgió de su garganta, mientras yo besaba delicadamente sus pechos en el momento del climax. Sentí una oleada de fuego recorrerme la columna, y una fuente de lava ardiente explotó entre mis piernas. Me dí la vuelta y caí rendido en un sueño profundo. Al despertar, creí que todo había sido un sueño, pero un dulce recuerdo entre las sábanas me confirmó que todo había sido real, pero que muy real.

JUANMAROMO

martes, 12 de mayo de 2009

PADRE, PADRONE





¡Oh señor, ¿Por qué me muestras la luz y no me permites abrir los ojos?

¿Por qué me ciegas a sabiendas, me aturdes con el trueno de tu palabra y me guías por laberintos insondables?

¿Por qué abres mi corazón al dolor ajeno y cierras el tuyo a mis súplicas y lamentos?

¿Por qué cuanto más te necesito más te alejas, cuanto más vuelo hacia ti más te elevas y cuanto mas te ruego, más secos son tus oídos?

¿Por qué sembraste en mí la semilla del amor y no dejas que fructifique?

¿Por qué me envías el granizo del odio, la escarcha de la envidia y me niegas el sol de la compasión, la lluvia de la esperanza y el color de las amapolas?.

Te llamas Padre e ignoras a tus hijos, te dices justo y consientes la injusticia, te abogas clemente y castigas inflexible nuestras debilidades.

Por eso, Señor he decidido emanciparme, buscar la luz aunque sea a tientas, perseguir la verdad aunque sea arrastras, y proteger la semilla que en mi sembraste, de tú desdén y de tu olvido, para que pueda germinar y dar ciento por uno.

Prometo repartir la cosecha entre los necesitados de amor, los carentes de consuelo y entre todos aquellos que te buscan sin encontrarte.

Puede que hayas muerto, o quizás te has olvidado de nosotros, pero siempre te agradeceré por los siglos de los siglos, que sembraras el amor en mi corazón, aunque tal vez lo hiciste sin darte cuenta o se te escapó en un descuido.


JUANMAROMO

viernes, 8 de mayo de 2009

EL PRECIO DEL DINERO





El dinero, como cualquier materia de intercambio tiene un valor y tiene un precio. Definiremos como valor, lo que recibimos a cambio por unidad, y como precio, el coste de cada una de ellas.

Últimamente, los medios nos bombardean con la noticia de que baja el precio del dinero, ¡nada más lejos de la verdad! No voy a entrar en este artículo en disquisiciones económicas, voy a centrar mi atención en el coste real de cada Euro que nos embolsamos.

Recuero cuando mi hija era más joven y teníamos alguna controversia por el dinero, solía repetir enfáticamente, ¡Pero si sólo es dinero!, yo me sentaba a su lado y le explicaba que dinero significaba horas de trabajo, retazos de tu vida que podías dedicar a algo más grato, y que por lo tanto, esas pesetas que había malgastado, eran trozos de vida tirados por la borda.

Con el paso del tiempo he ido entendiendo que el precio del dinero no solo se cotiza en horas de trabajo, pagamos cada Euro que recibimos, no solo con tiempo, muchas veces vendemos nuestra dignidad, nuestra autoestima y nuestra salud a cambio de treinta monedas.

Para un joven soltero e independiente, cada hora de trabajo le supone renunciar a la diversión, al deporte o a la cultura, pero para una madre de familia, cada minuto significa una renuncia al cuidado de sus hijos, una preocupación por su estado y una sobrecarga emocional que tarde o temprano repercutirá en su salud.

Un trabajo agradable y con buen ambiente, aunque sea duro y complejo, puede reportar un plus de satisfacción y autoestima, sobre todo si ese esfuerzo se destina al cuidado de las personas, a la consecución de logros beneficiosos para toda la sociedad, por lo tanto estos trabajos ya llevan inherentes un plus que está muy por encima del concepto económico.

Otras veces por el contrario, estamos inmersos en un trabajo que no nos agobia, rodeados de un equipo hostil y dirigidos por unos jefes ineptos y dictatoriales, el precio que estamos pagando es muy superior al valor que luego vamos recibir por el.

Por último están esos individuos dispuestos a dar lo que sea a cambio de cantidades ingentes de dinero, estos personajes decididos a robar, explotar o matar, que no dudan en arruinar países enteros o a organizar guerras y hambrunas con tal de beneficiarse económicamente. Son los póliticos, financieros y mafiosos que nos han llevado a la situación actual. ¿En qué moneda pagan estos plutócratas el oro que se embolsan?.

Podría decir que pagan con su dignidad, con su honra, con su vida, pero me temo que eso no me sirve, cuando se llega a ese estadio, ya se ha perdido todo por el camino, quizás, como Fausto, vendieron su alma al diablo y tarde o temprano éste les cobrará con usura. Ese es al menos el consuelo que nos queda a todos aquellos que no estamos dispuestos a pagar por el dinero más de lo que realmente vale.







lunes, 4 de mayo de 2009

LAS HUELLAS DEL DESTINO





Esta historia me la ha contado un amigo de la mili con el que hace años no tenia contacto. Casualmente hace unas semanas entró en el blog y me reconoció. Se puso en contacto conmigo y me propuso publicar su experiencia. Este relato lo hemos escrito mano a mano, aunque él me rogó que por razones obvias, matuviera su nombre en el anonimato.

Era la noche de fin de año, Silvia y yo habíamos salido a celebrar la entrada del año, un 600 trucado con el que me gustaba encandilar a mis ligues era nuestra montura. Cenamos en un rincón encantador de Sitges, una exquisita cocina y una mesa en un romántico reservado, al lado de "la llar de foc". Una botella de reserva, un cava exquisito para el postre y un par de whiskies de malta con hielo me sumieron en estado eufórico en el que últimamente me instalaba a menudo. Tras una velada inolvidable, decidimos pasar el resto de la noche en mi casa, ya que mis padres no regresarían hasta pasado año nuevo. Arranqué el coche haciendo rugir el motor casi a escape libre.

- Por favor, no corras, me dijo, has bebido mucho- y me acarició con una dulce mirada no exenta de temor.

Ataqué las cuestas de El Garraf en plan rally, tenía prisa por llegar a casa y hacer el amor a aquella preciosa niña con la que me acababa de prometer. En una de las curvas, algo falló, de repente me quedé totalmente a oscuras, antes de que pudiera reaccionar, el coche comenzó a dar vueltas y un golpe en la cabeza me dejó aturdido.

Abrí los ojos y me encontré a la entrada de un túnel luminoso. Una inmensa paz me embargaba, como si me hubiera desprendido del cuerpo. Busqué a Silvia con la mirada, y la encontré a punto e cruzar el dintel, me saludaba con la mano y pude captar una expresión de intensa felicidad en su rostro. Corrí para llegar a su lado, pero antes de que pudiera alcanzarla, el tunel se esfumó y yo me quedé envuelto entre la niebla. Me encontré solo vagando entre un mar de nubes cenicientas. De repente, toda mi vida paso por mi mente como una película a cámara rápida, mi nacimiento, mi niñez, los momentos más importante de mi existencia…

De repente comprendí que estaba muerto, recordé el accidente y ví dos cuerpos ensangrentados entre las rocas, mientras las sirenas sonaban enloquecidas en lo alto del acantilado. Ví como unos hombres bajaban hasta el acantilado e izaban los cuerpos. A mí me metieron en una ambulancia que arrancó a toda velocidad con la sirena aullando, mientras el cuerpo de Silvia, se quedo tapado con una manta al pie de la carretera. Perdí el sentido, cuando desperté, estaba en una habitación, intubado y aislado tras una ventana de cristal. No podía moverme pero oia a la gente hablar y a pesar de no poder abrir los ojos, veía la escena con toda exactitud.

Mis padres lloraban en la sala de espera, mientras el cirujano les comunicaba que me encontraba en un coma profundo. De nuevo me desvanecí y volví a encontrarme frente a la puerta dorada. Intenté cruzarla pero no podía moverme y una negra desesperación me invadió. De repente una voz dulce vomo una caricia me susurró.

-No ha llegado tu hora, regresa con los tuyos, te están esperando, no les hagas sufrir más-

Pero- ¿Y Silvia?- ¿Dónde esta Silvia?, pregunté destrozado.

-No sufras por Silvia, ella encontró la paz eterna, cuando llegue el momento te estará esperando…

De repente abrí los ojos, me vi en la cama rodeado de mis padres y de mi hermano pequeño, todos lloraban y reían a la vez, por fin había regresado.

A las pocas semanas salí del hospital, pero mi vida era un infierno, las noches las pasaba soñando con Silvia, y los dia no paraba de recriminarme haberla matado, me fui sumiendo en un profunda depresión, dejé de comer y caí postrado en la cama.

Estaba dispuesto a morir de inanición para poder encontrar a Silvia y reunirme con ella para siempre. Una noche mas negra de lo habitual, cuando ya había perdido el norte y la esperanza, una luz intensa, se abrió ante mí, y de ella emergió cono una virgen la imagen de Silvia. Me miro con unos ojos de inmensa dulzura.

–No te culpes, amor mío, tu solo fuiste el instrumento del destino, yo debía morir aquella noche y en aquel momento, pero tú tienes muchos años de vida por delante. Donde yo me encuentro no existe el tiempo, vive tu vida con amor y al final del camino, yo te estaré esperando con los brazos abiertos, y entonces nada ni nadie podrá separarnos-.

Quede profundamente dormido. Al día siguiente me levanté como un hombre nuevo. Sabía que jamás estaría solo y que todo aquello que siempre me había preguntado era una maravillosa realidad.

Tengo 58 años, dos hijas y cuatro nietos, adoro a mi mujer que supo llenar el vacío de mi alma con la inmensidad de su cariño, le conté todo desde el principio. Ella sabe que siempre compartirá mi amor con Silvia, pero también sabe que mi amor es tan inmenso que en mi corazón siempre habrá un inmenso refugio para las dos.











domingo, 3 de mayo de 2009

MAMÁ



Mi querida mamá, desde tus ochenta y tres años , todavia me cuidas, me mimas me vigilas. Todavia me llamas cuando estoy constipado y me preparas la paella cada fin de semana. Tienes la fuerza de la juventud, la energia de tu sangre aragonesa y la belleza que aún conservas a pesar de las penas y los sufrimientos.

Nuestra relación no ha sido facil, fui un niño rebelde, contestón, mal estudiante. Siempre llegaba a casa con las rodillas negras y la ropa manchada, a veces con la cabeza y la cara llena de sangre. A veces incluso te aguanté la mano cuando pretendias darme una bofetada. Te dí muchos disgustos con mis juergas nocturna, mis borracheras y mis devaneos con las drogas. Te desobedecí en todo lo que pude y amargué la vida a tu otro hijo, ( y hermano mio) hasta llegar a la bronca continua.

Pero todo ello lo hacia por llamar tu atención, para que me miraras, para que dejaras el trabajo un rato y me contaras un cuento o me acunaras en tus brazos, siempre te quise con un amor inmenso, y ahora que aún tengo la suerte de poder decirtelo mirandote a los ojos, te digo que te quiero, que siempre te he querido, que aun en los momentos dificiles, cuando yo buscaba mi camino y tu me empujabas en contra de mi voluntad, por la senda correcta, te queria.

Hoy eres un ejemplo de la alegria, la fuerza y las ganas de vivir que se puden disfrutar a pesar de los años. Por eso y por millones de cosas que guardo en mi corazón. Por aquella niñez maravillosa cuando te espantaba a los moscones que te piropeaban por la calle, cuando me levantaba por la noche fingiendo tener miedo para poder arrebujarme entre tus brazos y tu me acojias como si todavia fuera un bebecito, por todo ello te dedico este poema, me hubiera gustado escribirte uno de mi puño y letra, pero a veces las palabras y las letras se quedan atravesadas en el corazón, pero este soneto que Joan Manuel escribió a su madre, me permite decirte cosas que yo no sabria expresar mejor. TE QUIERO MAMÁ.


No es que no vuelva, porque me he olvidado
de tu olor a tomillo y a cocina.
De lejos, dicen que se ve más claro,
que no es igual quién anda y quién camina.

Y supe que el amor tiene ojos verdes,
que cuatro palos tiene la baraja,
que nunca vuelve aquello que se pierde
y la marea sube y luego baja.

Supe que lo sencillo no es lo necio,
que no hay que confundir valor y precio,
y un manjar puede ser cualquier bocado

si el horizonte es luz y el rumbo un beso,
No es que no vuelva porque me he olvidado:
es que perdí el camino de regreso,

Mamá...