lunes, 28 de septiembre de 2009

TIEMPO DE AMOR

Dicen que los árboles no nos dejan ver el bosque. A veces los pequeños “vicios” de cada día, esos tics que con el tiempo adquieren carta de soberanía nos hace perder tanto tiempo que relegamos lo más importante.

En la relación de pareja, el diálogo y la comunicación son un pilar básico, pero sobre todo ese contacto diario piel a piel que nos libera de las toxinas del alma y nos recarga las pilas del corazón. El acto de sumergirnos juntos en el lecho, debería ser un acto mágico, el tiempo del abrazo íntimo, de la confidencia, del silencio cómplice.

Un abrazo integral, donde corazón y corazón se conectan sin palabras, donde la piel comparte secretos y esperanzas y los olores nos transportan a un mundo por encima de la rutina cotidiana. Por desgracia, a veces anteponemos tareas rutinarias o nos quedamos enganchados en la red, y cuando queremos darnos cuenta se nos ha hecho tan tarde que caemos en la cama con el único objeto de entregarnos en los brazos de Morpheo.

Deberíamos reservar a toda costa esos minutos diarios que nos renuevan y nos regeneran el alma, esos momentos mágicos en los que Cronos se detiene y Eros juguetea como un niño travieso. Nuestra salud física y psíquica nos lo agradecerán con creces.


jueves, 3 de septiembre de 2009

EL SÉPTIMO CIELO



Aprovecho estos momentos de calma para pensar en ti, para concentrarme en tu belleza, en tu dulzura, en tu calidad humana. Mientras cierro los ojos y me alma vuela a tu encuentro, siento mi cuerpo relajarse, como esperando sentir tu piel flotar sobre la mía. 
Jamás olvidare nuestro primer abrazo. Yo era como un niño perdido en tu mirada y mamando la vida de tus labios. Cuando por primera vez vi tu cuerpo desnudo después de tanto desearlo me quedé absorto y admirado, tuve que hacer un esfuerzo supremo para no lanzarme a devorarte, pero sabía que el placer se degusta a pequeños bocados. Mis manos ascendieron a tus cumbres almenadas temblando de dicha, y cuando mis labios lamieron tus fresones maduros, creí que iba a despeñarme como un adolescente. Pero sin darme cuenta, tu aroma me fue envolviendo como una enredadera y cuando tus muslos dejaron al descubierto la entrada al paraíso supe que no tenia escapatoria. 
Me perdí entre tus pétalos de fuego mientras mi lengua degustaba con locura tus zumos, mis dedos exploraban tu corola ardiente y palpitante que goteaba su néctar en mis labios sedientos mientras la música de tus suspiros enloquecían mi alma. Cuando la ola gigantesca nos arrastró por las arenas, creí que el mundo se acababa, no podía parar de beber de tu fuente, de lamer tus racimos, de hacerte gozar hasta el paroxismo.... Desnudos y abrazados jugamos en nuestra playa como dos niños, hasta que una nueva marea nos llevo de nuevo mar adentro. En mi vida ha habido dos momentos mágicos que no olvidaré mientras viva, y este es uno de ellos.
JUANMAROMO