martes, 26 de enero de 2010

SI AMAS A UNA MUJER CON FIBROMIALGIA...


El amor es la mejor de las medicinas, amala con toda tu alma, y házselo saber a menudo.
Un beso y un abrazo, son el mejor de los masajes, abrázala con delicadeza y ternura.
El calor de una manta térmica puede aliviar el dolor, pero nunca sustituirá tú calor
Cuando hay amor no existe el sacrificio, esa palabra debe desaparecer de nuestro vocabulario.
La lealtad consiste en estar donde se te necesita y cuando se te necesita.
Una sola carne y una sola sangre significa su dolor es tu dolor, alivia el suyo, y aliviaras el tuyo.
El camino será duro, pero recorreréis parajes de increíble belleza.
Toma su mano para acompañarla, no para arrastrarla.
Si a veces te muerde cuando le das de comer, acariciaré los cabellos y obséquiale una sonrisa.
No tengas en cuenta sus arranques de furia, no escuches sus reproches, es su manera de liberar su frustración y su rabia.
Una mirada dulce y una caricia, será el mejor calmante contra su ira.
Y por último, defiéndela contra todo y contra todos, contra la incomprensión de propios y extraños, contra la desesperación, contra la resignación, no la presiones, ayúdale a caminar, pero deja que camine sola, y sobre todo entiende que estás a su lado por amor, no por lástima, vuestra vida será más intensa y más plena.

lunes, 25 de enero de 2010

LA FIBROMIALGIA Y EL SEXO


He leído en determinados foros a mujeres desesperándose ante la imposibilidad de tener una relaciones sexuales satisfactorias a sufriendo esta enfermedad. El agotamiento, los dolores, pa perdida de movilidad y sobre todo la incomprensión de la pareja, han hecho que la lívido desaparezca con el consiguiente riesgo de rotura de la pareja.
Nada más lejos de la verdad, es cierto que podemos despedirnos de practicar alguna de las posturas del Kamasutra , pero nuestra actividad sexual puedes seguir siendo altamente satisfactoria, no debemos olvidar que el orgasmo es un revulsivo hormonal y muscular, capaz de deshacer nudos musculares, tensiones y sobre todo de relajar el sistema nervioso y emocional de una manera más efectiva que cualquier medicación.
Lo primero que debemos considerar, es que el tiempo de preparación de la mujer será más largo, en estas condiciones, el cariño, las palabras tiernas y los mimos, son imprescindibles para encender las primeras llamas del deseo, el reloj debe pararse y pensar que vamos a tener unas horas de exquisita intimidad para gozar de caricias sin fin y saborear de un amor cocinado a fuego lento.
La mujer debe buscar la posición en la que se encuentre más cómoda, procurar que la habitación esté caldeada y entregarse en cuerpo y alma al placer. El hombre por su parte deberá actuar con un tacto exquisito, dedicar especial atención a los besos y a las caricias, mimar con delicadeza los senos, el vientre y los muslos de su pareja hasta provocar las primeras reacciones  lúbricas, poco a poco notaremos, como la temperatura de la piel sube, los pezones se encrespan, y la dermis adquiere una coloración rojiza.
Es el momento de excitar la corola, primero con los dedos ligeramente humedecidos, luego con la lengua y los labios, hasta conseguir llevarla a un alto nivel de excitación.
Mientras sigues acariciando su punto dulce, beso con delicadez los pezones, estando al tanto del ritmo de su respiración y de sus jadeos, deja que acaricia tu báculo, pero resérvate para el momento culminante. Cuando sientas que está a punto de llegar al climax, tienes dos opciones, o sigues acariciándola hasta el estallido final,  y tras unos minutos de caricias para que se relaje, la abrazas íntimamente hasta que ya no puedas contenerte, con lo cual puede que consiga otro orgasmo, o por el contrario, con mucho cuidado para no romper el climax, la abrazas y la llenas con tu amor, bombeando muy lentamente y con cuidado de no forzar su espalda, hasta que alcance el orgasmo, luego puedes verter tu regalo en su seno, y entregarle tu mensaje de amor en un lazo cósmico.
Sigue acariciándola y musitándole palabras dulces, abrázala y dale tu cariño, muéstrale que tu amor es superior a tu deseo, y que para ti, ella es lo más importante del mundo.
Esto no pretende ser un manual, solamente una guía sobre lo que creo debe ser una relación sexual satisfactoria y deseada y que le ayudará mucho más que ansiolíticos y antiinflamatorios, sin lugar a dudas, las endorfinas son la mejor terapia contra el dolor y la depresión.
Ahora solo tenemos que llevarlo a la práctica.

viernes, 22 de enero de 2010

DOCE ROSAS SIN ESPINAS


 

No des jamás la batalla por perdida, puede que sea larga, pero el resultado depende de ti.
El humor y la alegría son los mejores antídotos contra el dolor, no pierdas jamás la sonrisa.
Cuando estés en los momentos más oscuros, recuerda los días radiantes, y no dudes que el sol volverá a lucir.
Apóyate en las persona que te quieren, pero no les agobies con el peso de tu enfermedad.
La enfermedad es tuya, no culpes a nada ni a nadie, y sobre todo no transmitas tu veneno a quien te acompaña, digiérelo y expúlsalo lejos de ti.
La fibromialgia será tu compañera inseparable el resto de tu vida aprende a convivir con ella y quizás acabéis respetándoos mutuamente.
La rabia se vuelve contra ti misma, y sus mordiscos son feroces y dañinos, aléjala de ti y no la vuelvas nunca contra los que te quieren.
No dejes que el dolor se transforme en sufrimiento, el dolor es solamente físico, pero el sufrimiento es el daño del alma.
Perdona a los que no te entienden, a los que apartan de su lado, a los que molestas, porque el perdón es la mejor de las terapias.
Explica tus sentimientos y tus vivencias a quien quiera compartirlas contigo, mas piensa que no todo el mundo está preparado ni dispuesto a compartir tu dolor.
No te compadezcas, todos somos enfermos, unos del cuerpo, otros del espíritu, y el que se cree totalmente sano, es el que está peor de todos.
Y por último, no te sientas culpable de nada, no maltrates tu salud por convencionalismos sociales, eres víctima y no verdugo, llega hasta donde alcances, pero no te destroces contra las rocas de la incomprensión, porque estas tan solo devolverán tu cadáver.

JUANMAROMO

jueves, 21 de enero de 2010

POLÍTICOS Y MERCENARIOS



Debo reconocer que Rosa Diez me caía bien, me parecía una persona coherente y de ideas claras, aunque discrepara con ella en muchas cosas, pero últimamente se ha quitado la careta.
Durante la huelga de hambre de Aminatu, la acompañó durante largos periodos, dándole su apoyo y soporte, viajó al Sahara, y se entrevistó con sus hijos, afirmando con toda razón que si Amanitu moria, seria una vergënza para España y para el mundo.
Juan Vilas que lleva semanas en huelga de hambre luchando por unos derechos que son los suyos y los nuestros, reivindicando con su salud y su vida la atención sanitaria y legal que se nos niega, pero Juan, no existe para La Señora Rosa.
No es rentable acercarse al portal donde se consume Juan, a interesarse por su salud y por sus reivindicaciones, los medios de comunicación estaban mucho mas pendientes de la líder Saharhui que de un pobre hombre desesperado, condenado a la miseria por obra y gracia de unos políticos sin escrúpulos y sin corazón, y Doña Rosa no quiere ensuciarse la manos ni el curriculum con un albañil enfermo y contestatario. Y yo me pregunto ¿Dimitirá alguien si Vilas muere?, ¿será una vergüenza para España y para el mundo?, quizas los políticos se guardan la vergüenza para exhibirla como la sonrisa profiden a la caza de aplausos.
Como él mismo se lamantaba hace unos dias "Si fuera un etarra, me harian más caso".
Esta es la clase política que tenemos, pendiente de la foto y de los votos, de mantener la poltrona, o de conseguirla a costa de lo que sea, pero incapaces de extender la mano a quien realmente lo necesita.
¡Qué bien los retrató Aute en su canción “La belleza”



Míralos, como reptiles,
al acecho de la presa,
negociando en cada mesa
maquillajes de ocasión;
siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre,
locos por que nos deslumbre
su parásita ambición.
Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta;
mercaderes, traficantes,
mas que nausea dan tristeza,
no rozaron ni un instante
la belleza...

domingo, 17 de enero de 2010

SOCIEDAD CENTRÍFUGA




Hasta hace unos años, vivíamos en una sociedad centrípeta. La familia era el núcleo alrededor del cual giraban todos su miembros, la conciencia tribal estaba muy arraigada en nuestra cultura, y se manifestaba en esa permanecía inquebrantable a un conjunto, familiar, laboral o social. Los amigos, el trabajo, el pueblo, permanecían inmutables a lo largo de nuestras vidas, siendo a la vez una protección y una cárcel.
Como en un átomo, o en un sistema planetario, cuando los satélites adquieren energía, se van distanciando del núcleo, hasta que al final acaban fuera de la órbita. Estos, a su vez, se convertían en nuevos núcleos que generaban sistemas autóctonos, pero siempre vinculados a una galaxia común que los englobaba a todos.
El cambio social que supuso la emigración del ámbito rural a los centros urbanos, la integración de la mujer al mundo laboral y las nuevas corrientes ideológicas, provocaron un “Big Bang” en la sociedad que continúa en plena diáspora. Los abuelos ya no son patriarcas, cuando dejan de ser productivos, se transforman en estorbos, los compañeros de trabajo ya nos son amigos, son rivales, y la familia, fragmentada y dispersa, se convierte en un foco de conflictos y tensiones.

La sociedad centrifuga, nos separa cada vez más, nos hace más independientes, pero a la vez más frágiles, conforme nos alejamos de nuestros orígenes, más solos estamos, y somos presa fácil de la soledad, la angustia y la depresión, las fuerzas gravitatorias de la religión y las costumbres, no han sido sustituidas por nuevos lazos basados en la ética y el respeto, por eso vagamos desperdigados en un vacio cada vez más irrespirable.
Somos animales sociales, pero sobre todo, necesitamos afecto, comprensión y autoestima que tan solo una familia nos puede proporcionar, puede que tengamos que reinventar una nueva célula de convivencia, pero lo que está claro es que por este camino, acabaremos diluidos y dispersos en el inmenso universo de nuestro vacío.

domingo, 10 de enero de 2010

LA VIDA EN IMÁGENES





A lo largo de nuestra vida, vamos tejiendo un tul de recuerdos, un halo en el que se proyectan vivencias, momentos culminantes que nos quedan grabados de manera indeleble por su trascendencia o por el impacto vital que nos provocan, pero hay otros pequeños instantes que permanecen en nuestra memoria de manera perenne sin saber exactamente el motivo.


Guardamos recuerdos de nuestra más tierna infancia, flashes en blanco y negro que se conservan como fotografías en el álbum de la vida sin saber porque estos y no otros fueron los elegidos. Todos hemos pasado por algún momento crucial en el que nos afirmamos que estamos soñando, que esto no puede sucedernos a nosotros, momentos en que nuestra consciencia se niega a asimilar y se defiende intentado guardarlos en archivo de las quimeras.


Otras veces, queremos grabar un instante para la posteridad, pero a los pocos días, se desvanece como un dibujo sobre la arena de la vida. ¿Cómo funciona el mecanismo de selección en nuestro cerebro? nadie lo sabe, pero se supone que un sistema de autodefensa se encarga de seleccionar los recuerdos que deben perdurar y los que deben ser eliminados de nuestro archivo vital, siempre en función de nuestro carácter y de las circunstancias en que nos acontecen.


Es muy importante memorizar instantes irrepetibles, paisajes idílicos donde refugiarnos en los tiempos difíciles. Palacios de la memoria en los que acogernos cuando la realidad se hace demasiado dura y necesitamos respirar el aire fresco de aquellos momentos mágicos en que por un capricho, la vida se nos brindó en cueros.


Conforme vamos avanzando por el camino, al volver la vista atrás, la película de la vida se nos muestra en todo su metraje. Saber hacer el montaje correcto es fundamental para que el resultado merezca ser conservado por encima del tiempo y que su visión nos reconforte para llegar a la meta con la mirada limpia y el corazón despejado.

viernes, 8 de enero de 2010

LA SOBÉRBIA DE LA IGNORANCIA

En mi rebelde juventud creía tener la respuesta a todos los enigmas, la ciencia era capaz de explicarlo todo y por eso buscaba misterios inexistentes, buceaba en El triangulo de Las Bermudas o imaginaba los orígenes extraterrestres del Matchu pichu para escapar de una realidad tan monótona y anodina. Todo fenómeno era explicable científicamente, y el que no, lo seria en las próximas décadas, dios era una palabra de cuatro letras y el futuro era sinónimo de ciencia ficción, la verdad era mi verdad y no había otra.


Pasaron los años y aprendí el arte la duda. Conocí el amor con mayúsculas, participé en el misterio de la maternidad, y comprendí que la física y la química no le explican todo, que el destino es como un camino trazado, pero que podemos abrir nuevas sendas para bien o para mal. La muerte empezó a ser una dama conocida, odiada al principio, pero que me enseñó el otro lado de la luna y poco a poco se hizo una compañera inseparable. Me hizo entender que es la vida, y no ella, quien nos arrebata para siempre a los seres queridos, y que jamás seremos capaces de entender lo que verdaderamente es importante, el tiempo, el amor o la propia existencia.


Aprendí que el sol puede cegar y la luna iluminar el cielo, recuperé el don de la maravilla que tenia de niño, y volví a enmudecer ante un cielo estrellado, ante un árbol centenario o ante los ojos inmensos de un recién nacido. Entendí que tan solo era un grano en las infinitas playas del cosmos, pero que a la vez esa era mi grandeza, que yo formaba parte de dios y que dios era mi propia esencia.


Dejé se buscar explicaciones y me centré en sentir, aceptar, y gozar todo aquello que la vida me daba, el placer, el dolor, el amor y la misma existencia, adquirí la flexibilidad del junco sin perder la templanza del roble y asumí que la ternura, el cariño, la compasión y la comprensión son los auténticos motores que mueven al mundo, que todo lo demás lo único que hace es ponerle obstáculos e impedir nuestro camino a la perfección.


La vida empieza a despertar de nuevo tras el solsticio de invierno, y el ciclo vital comienza a vislumbrarse entre las nieves. Hoy sé que lo poco que he aprendido en los libros no es lo importante, que la zarpa de mi inteligencia, apenas ha sido capaz de arañar la corteza de la sabiduría y que lo que en verdad trasciende es lo que me arde en el pecho y acelera mi corazón. Hoy he sentido que la corriente de la vida me llevará a buen puerto siempre y cuando no pretenda luchar contra ella, ni intentar ir más deprisa, la madre mar me espera con los brazos abiertos a final de mi cauce.