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sábado, 10 de marzo de 2012

COMBATES AMAÑADOS




Ya no sé si es que me he vuelto clarividente o sencillamente soy un boxeador sonado. Desde hace unos días parece que todo me resbala, que el mundo ya no va conmigo. Me miro al espejo y veo a alguien ligeramente conocido a quien no puedo identificar, mi mundo, mi entorno, me resulta extraño como si acabara de descubrirlo y hasta la gente que me rodea me resultan sombras en los muros de la vida.
Cuando las piernas no te sostienen, la mirada se nubla y el aire se hace llama, o te arrojas a la lona, o sigues lanzando crochets al vacio, buscando un contrincante al que hace tiempo le han vendido el combate. El publico abandonó los palcos y los jueces se reparten la carroña, pero yo sigo apaleando fantasmas, soñando con escuchar una campana que despierte de la pesadilla, pero el ballet macabro se hace eterno y acabo combatiendo contra mi propia sombra.
Estoy cansado de combates amañados, de jueces corruptos, de árbitros comparados, estoy agotado de servir de sparring, de poner la cara, de cruzar los guantes mientras otros negocian con mi vida y venden mi carrera en los mercados.
Y me bajo del ring alzando los brazos con aire victorioso, y me dirijo triunfante al vestuario donde me espera nadie, y allí vomito mi fracaso en el retrete y me ducho con salfuman ardiente para limpiarme la piel de tanta mierda.
Mientras. los buitres pelean su carroña en los despachos, las sirenas aúllan por las calles conduciendo la muerte y los niños siguen naciendo con fecha de caducidad. 
Salgo a la calle y cruzo la avenida sorteando los coches y los charcos, hace siglos que llueve chapapote, pero  me tumbo en un parterre esperando un nuevo sol que me caliente el alma mientras las ratas olisquean nerviosas barruntando su presa.

JUANMAROMO

viernes, 20 de enero de 2012

LA ÚLTIMA MULETA



La vida es tremendamente absurda, o quizás seamos nosotros los absurdos por pedir auroras al ocaso. Cuarenta años de lucha, de remar contracorriente sorteando remolinos y escollos, de escalar descalzos y a golpes de uña los taludes del tiempo,  medio siglo persiguiendo un horizonte cada vez más lejano, para acabar flotando en un lago sin fondo y sin salida.
Buscamos muletas para no arrastrarnos, los estudios, el trabajo, la familia... a veces tenemos la suerte de acariciar las plumas de un amor que vuela entre nosotros caprichoso y esquivo, y arrancarle una prenda que guardamos con celo en los bolsillos del alma. Como en el juego de la oca saltamos de puente en puente siguiendo una corriente que nos lleva a ninguna parte pero de la que no podemos escapar.
Pero llega un momento que se quiebra la última muleta, los hijos se esfumaron en la noche de la vida, las plumas de amor van perdiendo textura, y el trabajo se convierte en condena. Los libros te pesan en las manos, las letras se agitan compulsivamente y encojen hasta desaparecer, hasta la música se torna un ruido incomprensible.
Ha llegado el momento de preparar la acampada, a partir de ahora ya no hay metas, ni corrientes ni cimas, llegó el tiempo de vivaquear, de pescar en el rio, de recoger flores, de encender una hoguera y disfrutar un cielo cuajado de estrellas.
Hay que aprovechar los días de bonanza, bañarse en las aguas transparentes, preparar un asado y degustar los tragos de buen vino que aún nos queda en la bota, porque cualquier mañana, una helada ventisca nos expulsará del refugio  y deberemos proseguir entre las brumas sin saber hacia adonde nos arrastra. No importa cuántos erais en el grupo de salida, el último trecho, siempre nos toca recorrerlo solos.

Juanmaromo

jueves, 24 de noviembre de 2011

¿LA DERECHA O LA IZQUIERDA?

 Dos alumnos estaban discutiendo cuando se les acercó un anciano. Preguntaron al sabio. -¿Díganos maestro, si tuviera que elegir, que mano se dejaría cercenar, la derecha o la izquierda?- Ante la sorpresa de ambos contestó
-LAS DOS- y mostrando las palmas abiertas, agregó-
-Si me cortarán la mano derecha, siempre intentaría hacer lo mismo con la izquierda, si me amputaran la izquierda, echaría de menos lo que con ella hacía. Pero si perdiera las dos, no me quedaría más remedio que empezar desde cero y aprender a valerme por mi mismo sin necesidad de ninguna de ellas. A veces vale más perderlo todo para poder renacer de nuevo.


Juanmaromo

martes, 22 de noviembre de 2011

EL TEMPLE DEL ACERO




El Hierro es un material muy duro, capaz de horadar la piedra y  levantar estructuras gigantescas, pero tiene enemigos invencibles. El óxido, aliado con el tiempo, es capaz de corroerlo hasta dejarlo convertido en orín, el fuego y la forja doblegan su resistencia  y lo convierten en utensilios de adorno o de labranza. Pero hay algo que es capaz de transformar ese rudo e imperfecto metal en un material capaz de resistir los ataques de la intemperie y de doblarse para recuperar de nuevo la fuerza de su filo. 
Antiguamente, los fabricantes de espadas toledanas consideradas la mejores del mundo, las hundían al rojo vivo en el cuerpo de un animal para conferirles el temple necesario, aunque en un principio había sido el vientre de un prisionero el ara de tal sacrificio.   Lo que parecía algo mágico se descubrió con los años que era física pura, la absorción del carbono de la sangre convertía al rudo hierro en poderoso acero, algo parecido sucede con el amor.
Nuestras almas son de una sustancia dura pero frágil que es fácilmente quebrada o maleada por los avatares de la vida, pero hay un pócima mágica que le da temple y le permite resistir y adaptarse a los embates del destino, ese bebedizo  se llama amor.
El amor, el amor verdadero, nos permite enfrentarnos al dolor, al infortunio y al destino, nos proporciona la flexibilidad de la esperanza y la fortaleza de la seguridad en nosotros mismos, nos hace inmunes contra el óxido de la soledad y nos permite soportar tensiones destructivas sin quebrarnos.
El amor no es tan solo placer, sentimiento y romanticismo, el amor es el temple que nos proporciona la vida cuando su espada nos atraviesa el corazón, pero al revés que  las toledanas, es nuestro pecho el que resulta fortalecido por su hoja.
La espada del amor me ha hecho invencible porque pase lo que pase siempre  llevaré su impronta en lo más profundo de mi corazón. 

JUANMAROMO

martes, 16 de agosto de 2011

DESPUÉS DEL NAUFRAGIO


Tras toda una vida de coherencia, de intentar ser fiel a tus principios, de luchar por una sociedad más justa, te das cuenta de que has sido un ingenuo, que en este mundo reina la ley de la selva y que el darwinismo social ha sentado cátedra para quedarse.
Todos aquellos que han intentado cambiar la sociedad han sido desprestigiados o asesinados, los empresarios cabales se han arruinado, los jueces justos son procesados y los políticos honrados, barridos de las listas electorales.
Desde la meseta de mi madurez, veo el camino que hasta aquí me ha llevado, las huellas de mis pasos, los girones de piel arrancados por las zarzas, la sal de tantas lágrimas alfombrando la senda. En varias ocasiones me tentó la fortuna y pude ponerme precio, pero eludí los atajos y seguí paso a paso cargando en mi mochila las penas y alegrías que el cielo me enviaba y tendiendo mi mano a quien abandonaban las fuerzas.
En estos momentos en los que tomo aliento para afrontar las últimas rampas veo a lo trepas regodearse en sus cimas, a los especuladores sin conciencia, a los políticos sin escrúpulos a los asesinos de guante blanco, y me pregunto porque no me subí al carro de los vencedores, porque no compré mi parcela del Olimpo en cómodos plazos de conciencia laxa, porque no arrojé el lastre de mis principios y dejé que la burbuja me izara hasta los paraísos fiscales donde nunca se pone el sol. En esta isla perdida asediada por las olas de indignación que me acusan de no hacer nada, azotada por las dudas y sitiada por los miedos, pienso que he sido un mediocre, que no pequé por miedo al castigo y que no me atreví a derribar muchas puertas por puro egoísmo.
Jesús abominó de los tibios y yo he sido un tibio, me faltó la fuerza de la ebullición y la frialdad para convertirme en hielo por eso la vida me arrojó de su boca.
Cuando desde el refugio de mi conformismo veo desfilar las legiones de famélicos, enfermos y desheredados, pienso que debería estar con ellos, pero me aferro a mi salvavidas dando golpes de remo a los que pretenden salvarse conmigo.
En esta sociedad Titanic donde ya no quedan ni las ratas, la orquesta sigue tocando en cubierta mientras los pasajeros de primera y la tripulación responsable secan sus ropas en las islas vírgenes de impuestos, pero aquí no pasa nada, en los astilleros de Wall Street ya están fletando el nuevo crucero que sustituirá al naufragado prometiendo mas lujos, más boato y un viaje de ensueño al mundo de los sueños. Los tiburones y las galernas borraran los restos de los que naufragaron en este.

JUANMAROMO

domingo, 15 de mayo de 2011

EL CALDO DEL DESEO

El deseo se va cociendo como un caldo espeso a fuego lento sobre lumbre de leña. El primer hervor ya empieza a temblar en mis entrañas, mi cuerpo se estremece cada vez que recuerdo nuestros últimos besos.
Me gustan los platos en su punto, el vino en su mejor añada, y el amor, cuando sus brotes estallan bajo la luz de las estrellas, ¡Cuantos platos exquisitos se desgracian por las prisas en servirlos o en saborearlos!
Los primeros besos, suaves y buscadores, prenden los troncos, luego las manos atizan las brasas que empiezan a crepitar y a alzarse en llamas. Poco a poco, el fuego va trenzando su mágica danza y el deseo comienza a bullir en la olla de barro, hay que servirlo en el momento exacto, si nos adelantamos puede quedar poco hecho, pero si nos descuidamos, entrará en ebullición y se verterá por el hogar estropeando  lo que podía haber sido un momento mágico.
Esta noche he sentido el caldo del deseo rebullendo en mi sangre y he sabido que el momento se acerca, que tus llamas lamen con fuerza el cobre de mi alma y que pronto estaré "como agua para chocolate", espero poder mantener la pócima en su punto álgido sin dejar que se derrame....

JUANMAROMO

jueves, 24 de marzo de 2011

NUCLEARES, UN DEBATE REALISTA

Tras el desastre nuclear en Japón, se han levantado multitud de voces airadas exigiendo el cierre de las nucleares, es una reacción lógica pero el tema es mucho más complicado de lo que parece.

En la actualidad solo hay tres fuentes de energía eléctrica que sean rentables y de producción constante, la térmica de carbón, la producida por el petróleo y la nuclear.
Las centrales térmicas son altamente contaminantes y están subvencionadas por la UE ya que su producción no es rentable económicamente, las centrales movidas a base de los derivados de petróleo, siempre expuestas a los avatares sociopolíticos y a los especuladores, además de la continua amenaza del agotamiento de las reservas, y por último la energía nuclear, en teoría la más rentable a largo plazo porque el uranio es relativamente abundante y no hay una dependencia de países conflictivos.
La energía hidráulica es puramente reguladora de flujos, la eólica es todavía muy cara y debe ser subvencionada por los estados para ser operativa, y la solar que además de cara es de una producción limitada.
Si los esfuerzos que se han hecho los últimos cinco años, se hubieran realizado hace veinticinco, a estas alturas el 80% de la producción podría generarse por energias renovables, pero por desgracia, no ha sido el caso, se calcula que se tardarán más de veinte años en conseguir una producción energética constante y rentable mediante la centrales eólicas o solares, ¿Qué hacemos mientras tanto?
Si queremos eliminar las centrales nucleares, la única solución realista es consumir de menos todo lo que estas producen, es decir más de 15% de la energía, ¿es posible hacerlo? y lo más importante, ¿estamos dispuestos a hacerlo?.
Se sabe que con una política energética adecuada, podríamos ahorrar en cada hogar más del 20% pero pese a los intentos de mentalización y las subidas de los precios, el consumo de los particulares continúa en ascenso.
La sustitución del alumbrado público y su adecuación supondrían también un ahorro importante, pero pocos ayuntamientos están en condiciones de asumir el coste que supone una renovación del parque luminario, de hecho, la bajada de intensidad de la iluminación en las calles a ocasionado protestas ciudadanas.
Solo una toma de postura seria y comprometida por parte de toda la sociedad nos permitirá eliminar la centrales nucleares, un cambio de mentalidad que suponga un ahorro global de un 20% del consumo. ¿Estamos dispuestos a hacerlo?.
Cada vez que los ayuntamientos intentan imponer medidas para impedir la invasión de las ciudades por el automóvil, en previsión de la contaminación ambiental y el colapso circulatorio, se enfrentan con la oposición ciudadana, y dado que quien vota manda (en algunos casos) no se atreven a ponerlas en práctica o las retiran a poco de anunciarlas.

Pedir el cierre de las nucleares sin estar dispuestos a apagar las pantallas de 42 pulgadas, a limitar el uso del aire acondicionado, a controlar los teléfonos móviles y ordenadores, a  reducir la calefacción y a utilizar solamente el transporte público, es patalear sobre arenas movedizas. La solución es posible pero hay que tomar unas medidas drásticas que quizás no estemos dispuestos a admitir.
JUANMAROMO

lunes, 21 de marzo de 2011

¿EL PRINCIPIO DEL FIN, O EL FIN DEL PRINCIPIO"

Nunca he creído en profecías ni en pronósticos apocalípticos, pero está claro que algo está sucediendo. Hay quien lo achaca a la era de Acuario hay quien da la razón al calendario Maya, pero sea como fuere, algo se está moviendo en el mundo a una velocidad nunca vista hasta ahora.
Siempre han habido cambios climáticos extremos, pero han tardado milenios en hacerse perceptibles, durante siglos los avances de la humanidad eran lentos y a veces regresivos, pero en el último siglo todo se ha disparado.
Quizás el detonante fue el descubrimiento de la electricidad. La máquina de vapor era ya conocida por los Griegos, pero la mano de obra barata no la hizo rentable hasta el comienzo de la revolución industrial.

La electricidad permitía generar y transmitir energía desde los más recónditos lugares, paisajes que habían permanecido aislados durante siglos, se convirtieron en asentamientos de presas y turbinas desde donde exportar electricidad a lugares lejanos. Durante milenios, se conocía el petróleo, de hecho, los Bizantinos defendieron Constantinopla de los Turcos a base un arma conocida como "fuego griego", un compuesto a base de nafta, pero la invención del motor de explosión cambió el signo de la historia.
La energía eólica que movía barcos y molinos, la animal, que mecanizaba la agricultura y el transporte y la humana que manipulaba la industria artesanal fueron barridas en pocos años por  locomotoras,  vapores,  y  máquinas de todo tipo que "liberaban" al hombre del trabajo duro. Pero la realidad es que fueron aprovechadas por los industriales y los poderosos para enriquecerse y aplastar a los movimientos sindicales. 
La era industrial se basaba como las anteriores en la explotación del hombre por el hombre, pero la ciencia no conocía límites. El hombre empezó a creerse todopoderoso, socavó la tierra para extraerle minerales y la desangró con millones de pozos de petróleo, pero faltaba lo peor, descubrió como robarle la energía de su propia esencia, el átomo.
Desde sus orígenes la energía atómica fue genocida, tanto nazis como americanos se enzarzaron en una carrera contrarreloj por obtener la primera bomba nuclear, tuvimos suerte de fueran los asesinos más prudentes los primeros en alcanzarla, pero en Hiroshima y Nagasaki jamás olvidarán sus zarpazos.
Con la llegada de la guerra fría,  se almacenaron arsenales capaces de destruir cien veces el planeta, era "el equilibrio del terror", durante decenios la humanidad vivió bajo la amenaza de una hecatombe nuclear, pero por otro lado había que dar una salida comercial al Uranio, un mineral relativamente abundante, que debía ser "enriquecido" para poder ser utilizado como combustible, y como siempre solo unos poco países tenían tecnología para el proceso, la pirámide del poder se hacía cada vez más alta y estrecha.
Se empezaron a construir centrales nucleares, según sus defensores era una energía barata y segura, y sobre todo nos liberaba de la dependencia energética, de nada sirvieron las protestas de los ecologistas ni los desastres de Harrisburg y Chernóbil, el planeta se vió invadido por cientos de generadores  cuyos residuos, radioactivos  durante milenios  eran sepultados en sus entrañas.
Durante decenios hemos incendiado bosques, talado selvas y envenenado mares. Hemos explotado al resto de la humanidad y expoliado la tierra, pero hemos llegado al límite.
La temperatura global sube inexorablemente, los mares aumentan de nivel, los pueblos oprimidos se revelan y la tierra se estremece. ¿Es el principio del fin de la humanidad ? ¿Es el comienzo de una nueva era?. 
La tragedia que está sucediendo en Japón debería hacernos recapacitar, nos hemos creído dioses cuando apenas somos unos pobres diablos, no hemos creído sabios cuando solo nuestro egoísmo es comparable a nuestra ignorancia. Formamos parte de un ser que nos ha dado la vida, si seguimos agrediendo a la madre tierra, tarde o temprano se librará de nosotros, y me temo que estamos muy cerca del límite.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

EL METRO

Desde siempre utilizo el metro para ir a mi puesto de trabajo. Como el recorrido es largo, aprovecho el tiempo para escribir, leer o navegar por internet, pero de un tiempo a esta parte es totalmente imposible. Desde hace unos meses y de manera progresiva, los vagones se han convertido en un auténtico circo en el que puedes degustar todo tipo de actuaciones, desde músicos virtuosos a falsarios de charanga y pandereta, pasando por los vendedores de mecheros y pedigüeños de toda pelambre. Algunos llevan años acabando de salir del hospital, otros piden comida como si el metro fuera el supermercado, mientras que alguna rumanas cantan su pena en sus monótona tonadillas.
El metro es el gran escaparate social, se nota la crisis en las caras de preocupación, en el estrés, en las conversaciones cada vez más sesgadas y pesimistas, mujeres con cara de agotamiento cargando con el niño a la siete de la mañana, jóvenes rellenando currículos de urgencia, hombres maduros con los ojos perdidos en el fondo de la desesperación. 
Los mendigos profesionales se hacer oír y aplaudir, pero hay miles de personas que no se atreven ni a levantar la mirada, son los daños colaterales de la crisis financiera convertida en crisis sistémica, son los eternos perdedores, los NADIE de Galeano. Hombres y mujeres que dedicaron toda su vida a trabajar ya sacar adelante a sus hijos, y ahora se encuentran a punto de agotar el subsidio de supervivencia, jóvenes con carrera, máster y tres idiomas, luchando por encontrar un puesto de tele operador o repartidor de pizzas, adolescentes sin estudios ni futuro que sueñan en emular a sus héroes de telecirco.

Ya no leo en el metro, ahora cierro los ojos y sueño, porque mantenerte despierto se convierte en una pesadilla.

JUANMAROMO

miércoles, 15 de septiembre de 2010

COHERENCIA


En estos tiempos grandilocuentes y teatrales, se ha puesto de moda la palabra “coherencia”, y ya sabemos que cuando un término se pone en el candelero, acaba desgastado y carente de significado, por eso quiero explicar lo que para mí significa este vocablo.
Ser coherente, es para mí un compendio de autenticidad, sinceridad y honradez. Ser coherente no significa estar en lo cierto, significa actuar de acuerdo con lo que predicas y con lo que exiges, no pedir  más de lo que estamos dispuestos a entregar y sobre todo seguir una trayectoria vital guiada con la brújula del corazón
Ser coherente no significa ser cerril ni fanático, ni tan siquiera exige una fidelidad a una ideología, todos evolucionamos con los años y lo que en la juventud era blanco o negro, en la madurez adquiere infinitos matices, pero exige la lealtad a unos principio y valores fundamentales que deben permanecer inmutables a lo largo de nuestras vidas.
La coherencia supone una lucha continua entre lo que somos y lo que queremos ser, tender una mano a nuestros compañeros de viaje, aceptar y respetar compromisos, y sobre todo no traicionar ni traicionarnos.
Ser coherente no significa ser fuerte, hemos de aceptar nuestras debilidades, saber que caeremos y besaremos la lona en multitud de ocasiones, pero que jamás arrojaremos la toalla, que jamás amañaremos un combate ni masacraremos a nuestro rival cuando esté vencido.
Ser coherente tiene un precio, se pierden oportunidades, se pierden “amigos” y se pierden batallas, pero a lo largo de una vida, es la única manera de ganar la guerra, nuestra guerra.
JUANMAROMO

lunes, 19 de julio de 2010

CASTILLOS DE NAIPES

 

La vida me recuerda a un castillo de naipes, a cada uno nos dan un mazo, pero no hay las mismas cartas en todos, a unos le tocan barajas enteras, a otros, apenas unos cartones arrugados.
Empezamos a levantar el primer piso, la familia, la salud y el amor deberían ser la base sobre la que edificar el resto. Luego el trabajo, la cultura, los valores para reforzar los cimientos sobre la que se asentarán los demás niveles.
Conviene construir poco a poco y asegurar la estabilidad del edificio, así iremos añadiendo el éxito, los amigos, el dinero… Un castillo muy alto puede ser muy vistoso, pero hay que reforzar la base sobre la que se asienta el resto de niveles, pues en cualquier momento, podemos perder una carta. La muerte, la enfermedad o el infortunio, pueden derribar nuestra torre si no hemos construido con la suficiente solidez.
Algunos construyen edificios altísimos que deslumbran por su arquitectura, otros levantan fortalezas donde aislarse de por vida, y mientras hay castillos que se elevan lentamente, otros se alzan a una velocidad de vértigo.
Conviene colocar nuestros naipes con tino, sabiendo las cartas que nos quedan y en que debemos emplearlas, y sopesar muy bien el riesgo que corremos al levantar un nuevo piso, los timoratos, se quedan en la base y se encierran en su bunker sin atreverse a crecer, los ambiciosos, elevan los niveles sin mesura, hasta que una carta les derriba todo el edificio. Algunos hacen trampas y se dedican a robar los naipes de los vecinos para subir más alto, y otros se dedican a soplar a hurtadillas para derivar los castillos rivales.
Debemos tener claro que este edificio está siempre inacabado y que la última apuesta la haremos en el lecho de muerte. Ese castillo es el que legaremos a nuestros descendientes para que con sus naipes puedan alzar el suyo más sólido y más alto, pero sobre todo más hermoso.

JUANMAROMO

domingo, 17 de enero de 2010

SOCIEDAD CENTRÍFUGA




Hasta hace unos años, vivíamos en una sociedad centrípeta. La familia era el núcleo alrededor del cual giraban todos su miembros, la conciencia tribal estaba muy arraigada en nuestra cultura, y se manifestaba en esa permanecía inquebrantable a un conjunto, familiar, laboral o social. Los amigos, el trabajo, el pueblo, permanecían inmutables a lo largo de nuestras vidas, siendo a la vez una protección y una cárcel.
Como en un átomo, o en un sistema planetario, cuando los satélites adquieren energía, se van distanciando del núcleo, hasta que al final acaban fuera de la órbita. Estos, a su vez, se convertían en nuevos núcleos que generaban sistemas autóctonos, pero siempre vinculados a una galaxia común que los englobaba a todos.
El cambio social que supuso la emigración del ámbito rural a los centros urbanos, la integración de la mujer al mundo laboral y las nuevas corrientes ideológicas, provocaron un “Big Bang” en la sociedad que continúa en plena diáspora. Los abuelos ya no son patriarcas, cuando dejan de ser productivos, se transforman en estorbos, los compañeros de trabajo ya nos son amigos, son rivales, y la familia, fragmentada y dispersa, se convierte en un foco de conflictos y tensiones.

La sociedad centrifuga, nos separa cada vez más, nos hace más independientes, pero a la vez más frágiles, conforme nos alejamos de nuestros orígenes, más solos estamos, y somos presa fácil de la soledad, la angustia y la depresión, las fuerzas gravitatorias de la religión y las costumbres, no han sido sustituidas por nuevos lazos basados en la ética y el respeto, por eso vagamos desperdigados en un vacio cada vez más irrespirable.
Somos animales sociales, pero sobre todo, necesitamos afecto, comprensión y autoestima que tan solo una familia nos puede proporcionar, puede que tengamos que reinventar una nueva célula de convivencia, pero lo que está claro es que por este camino, acabaremos diluidos y dispersos en el inmenso universo de nuestro vacío.

domingo, 10 de enero de 2010

LA VIDA EN IMÁGENES





A lo largo de nuestra vida, vamos tejiendo un tul de recuerdos, un halo en el que se proyectan vivencias, momentos culminantes que nos quedan grabados de manera indeleble por su trascendencia o por el impacto vital que nos provocan, pero hay otros pequeños instantes que permanecen en nuestra memoria de manera perenne sin saber exactamente el motivo.


Guardamos recuerdos de nuestra más tierna infancia, flashes en blanco y negro que se conservan como fotografías en el álbum de la vida sin saber porque estos y no otros fueron los elegidos. Todos hemos pasado por algún momento crucial en el que nos afirmamos que estamos soñando, que esto no puede sucedernos a nosotros, momentos en que nuestra consciencia se niega a asimilar y se defiende intentado guardarlos en archivo de las quimeras.


Otras veces, queremos grabar un instante para la posteridad, pero a los pocos días, se desvanece como un dibujo sobre la arena de la vida. ¿Cómo funciona el mecanismo de selección en nuestro cerebro? nadie lo sabe, pero se supone que un sistema de autodefensa se encarga de seleccionar los recuerdos que deben perdurar y los que deben ser eliminados de nuestro archivo vital, siempre en función de nuestro carácter y de las circunstancias en que nos acontecen.


Es muy importante memorizar instantes irrepetibles, paisajes idílicos donde refugiarnos en los tiempos difíciles. Palacios de la memoria en los que acogernos cuando la realidad se hace demasiado dura y necesitamos respirar el aire fresco de aquellos momentos mágicos en que por un capricho, la vida se nos brindó en cueros.


Conforme vamos avanzando por el camino, al volver la vista atrás, la película de la vida se nos muestra en todo su metraje. Saber hacer el montaje correcto es fundamental para que el resultado merezca ser conservado por encima del tiempo y que su visión nos reconforte para llegar a la meta con la mirada limpia y el corazón despejado.

miércoles, 15 de julio de 2009

ARTTÍCULO DE FE

Hace siglos que dejé de ser un “hombre de fe” al uso. Los años, las injusticias y sobre todo el ejemplo de quienes deberían dar ejemplo me alejaron del camino de hierro marcado en mi adolescencia, pero siempre conservé en mi interior una llama que me ilumina y me protege del frio, la certeza de que no estamos solos en el universo y que tras pasar al otal otro lado, entraremos en un mundo nuevo y mejor.
En estos momentos, estamos atravesando un túnel de amargura, un ave negra planea sobre nuestras cabezas como un mal presagio , amenazando con lanzarse sobre nosotros y arrebatarnos a un ser querido en plena juventud. Ha sido un año de lucha desesperada, de esperanzas maltrechas y de ilusiones abortadas, meses de sufrimiento, de luces y de sombras, y ahora nos dicen que llega el invierno.
Pero esa llama me dice que la noche se acaba, que la salida del túnel se vislumbra en la sombra. Cuando todo está en contra, cuando ya nadie espera, mantengo encendida la luz de la esperanza.
No sé si eso es fe o es tan solo un engaño, un placebo que tomo para seguir viviendo. Puede que mañana ya no esté entre nosotros, pero de lo que estoy seguro hasta la médula, hasta esa misma médula que quiere matarle, que de una manera o de otra, muy pronto acabará de sufrir y se abrirá para él un nuevo futuro, una nueva vida donde nada ni nadie podrá ya hacerle daño.

lunes, 29 de junio de 2009

HISTORIAS DE LA VIDA PUTA





Últimamente se escuchan lamentos de jóvenes quejándose del "trabajo basura", de su dependencia de los padres y de la imposibilidad de acceder a una vivienda digna... ¡como si esto fuera una novedad!.


Los principios siempre han sido duros y como muestra os voy relatar cómo era la vida de un joven medio en los años sesenta.
En mi adolescencia, si no eras un “hijo de papá”, tu vida laboral empezaba a los 14 años, entrabas a trabajar de aprendiz en un taller o de meritorio en una oficina, y te pasabas dos años casi sin cobrar y aguantando cabronadas con la escusa de que estabas aprendiendo un oficio.
En realidad no aprendías nada, y matabas el día limpiando piezas o trayendo cafecitos y archivando facturas, ocho horas de hastío aguantando bromas y putadas, soñando con que sonara la campana.


Si querías estudiar, te buscabas una “jornada intensiva”, de 7 a 15 horas, comías en una fiambrera lo que te había puesto mamá, y a las 4 tenias la primera clase, jornada de estudio hasta las 9 de la noche y si querías disponer de un duro extra para el “finde”, te buscabas una horita de clase a domicilio, con lo cual, llegabas a casa pasadas las 11, cenabas deprisa y corriendo y echabas una ojeada a los libros, máximo una hora, porque a las 6, sonaba el despertador.
Los sábados se trabajaba por la mañana, y por la tarde tenias que ponerte a estudiar si querías aprobar algo en JUNIO. El Domingo, si tenias suerte y había algún guateque a la vista, podías pegarte un calentón bailando agarrao con alguna moza , o en su defecto inflarte de cubatas por la cara. Luego llegabas a casa más quemao que el cenicero de un bingo, cena relámpago, y la pajilla de rigor para desalojar el exceso de testosterona generado en el baile.

Lo poco que cobrarbas, lo entregabas íntegramente a casa, y tus padres te daban unos dinerillos para tus gastos que no te llegaban ni para pagar la entrada de una disco. Dejo aparcado el tema, que seguiré desarrollando en próximos capítulos. La vida siempre ha sido dura, pero lamentarse tumbado en la cama, nunca ha servido para nada.

Laboralmente no eras nadie hasta que terminabas el servicio militar, lo más normal era trabajar sin ningún tipo de contrato, te apuntaban a la seguridad social, y a los tres meses te daban de baja. Si continuabas estudiando y trabajabas en una oficina, tenías el techo por los suelos, auxiliar administrativo con un sueldo de miseria y nulas posibilidades de promoción, nadie apostaba por un estudiante que en cuanto terminara la carrera levantaría el vuelo.




Si lo tuyo era aprender un oficio, a partir de los 18 años, empezabas a ejercer de “oficial” , te encomendaban trabajillos sencillos y el sueldo te daba para tus gastillos y para ayudar a la familia, normalmente tu sueño era establecerte por tu cuenta y montar tu propio negocio.




Salvo que tocaras en algún grupo o fueras Dj, tu vida sexual era bastante jodida. Guateque o discoteca el fin de semana, con el calentón correspondiente, si tenias una novieta, las cosas mejoraban ligeramente, magreos en el sofá de una disco, besos de tornillo en un rincón apartado o una tarde “en la fila de los mancos” de un cine de barrio y era a lo máximo que podías aspirar si no tenias coche. Luego tu madre tenia que lavar las sabanas cada dia. Pero de eso hablaremos en otro momento.




Pasaban los años, y llegaba la hora de cumplir el servicio militar, 18 meses secuestrado casi sin permisos y desde luego sin un duro.
Perdías el trabajo y dejabas los estudios en el dique seco a no ser que quisieras estar tres veranos haciendo “la milicias universitarias”. Borracheras, amigos para siempre que desaparecían para siempre en cuanto salías licenciado de la jaula.

Continuabas trabajando y estudiando, si tenías novia formal gastabas menos que Tarzán en zapatillas, todo el dinero era para ahorrarlo e intentar buscar un piso financiado por “la Caixa” o una vivienda de protección oficial, aunque lo más normal era recurrir al alquiler. La familia y los amigos te iban pasando muebles viejos, con lo cual poco a poco montabas tu nido.

Por aquel entonces, las mujeres se incorporaban masivamente al mercado de trabajo. Una vez terminados los estudios, con un trabajo explotador y a base de prescindir de lo imprescindible podías comprar un coche de segunda mano, una boda sencillita y a veces un piso compartido con otra pareja para poder sufragar los gastos, incluso en casa de los padres si había sitio.

Las vacaciones, quince días escasos, al pueblo. Nada de hoteles, viajes o cruceros. Al restaurante solo íbamos en fiestas sonadas, lo típico era hacer pic-nic en los parques o salir a comer al campo o a la playa.
Con todo ello, y a base de trabajar horas extras a precio de saldo sábados incluidos, reunías un dinerillo y los más osados, se embarcaban en una hipoteca al 14% de interés que te cubría escasamente el 70% del valor de tasación del piso, y desde luego previo aval de los padres.

Luego había que pintarlo, hacer la cocina, el baño, porque los pisos de entonces te los daban semi acabados y como no te quedaba dinero para pintores ni carpinteros, lo más normal era recurrir a amigos y familiares para poder adecentar el nido y poder empezar una nueva vida. Desde luego nada de parking, el coche en la calle y con una barra antirrobo en el volante.

Despues vendrían los hijos. pero eso sí que ya lo dejo para otra saga y para otro momento. Eran tiempos duros, sin lujos, pero con una enorme ilusión y espíritu de lucha, había optimismo y fe en el mañana , porque cuando se parte de cero, cualquier logro es una conquista y con veintipocos años todo nos parecia al alcance de la mano.....



Y luego llegaron los hijos, hijos queridos, hijos deseados. Éramos muy jóvenes, jugábamos con ellos, disfrutábamos se sus risas y de sus gracias, pero había que trabajar. El permiso de maternidad apenas existía, a las pocas semana había que dejar al bebe. Si tenias suerte con la abuela y si no, en una guardería.
Trabajando ambos era casi imposible encontrar una municipal, y las privadas te costaban la mitad del sueldo, para colmo, la crisis del petróleo en 1.974, elevó la inflación hasta un 18% y el paro se extendió como una epidemia. Yo no estaba asegurado, cada vez que había que llevar a la niña a urgencias por algún aumento desmesurado de fiebre, temía que me la rechazaran por no estar al corriente del pago. Entonces seguía trabajando los Sábados hasta el medio día, me levantaba a las 6 A.M. y no regresaba hasta pasadas las 8 de la noche, eso si, siempre procuramos a costa de lo que fuera, reunirnos para comer juntos, aunque tuviéramos que caminar 5 km .
Trabajábamos lejos de casa y comíamos en el SEU, en bares de comidas o restaurantes , si queríamos comer medianamente bien gastábamos otra buena parte del sueldo, los pañales de la niña eran carísimos, la ropa y el calzado aumentaba de precio día a día, pero nada importaba, éramos jóvenes, había amor , compromiso , y teníamos toda la vida por delante.
Un Piso de alquiler pequeño pero luminoso, fue nuestro nido. A base de no fumar, y de prescindir de otros lujos, fuimos formando una biblioteca y una discoteca para educar a nuestros hijos en las artes y en la cultura. En casa siempre sonaba la música, bien sinfónica, folk o rock, sus notas se mezclaban con nuestras risas y juegos. Era una casa pequeña, pero era nuestro hogar y la muralla que nos protegía del miedo a la crisis, al paro y a no llegar a fin de mes. La niña fue creciendo en años y en belleza, y un día, mi esposa me tomó de las manos y mirándome a los ojos me dijo - ¡Creo que estoy embarazada! …
 Tras la primera impresión, empezamos a sopesar los problemas que acarrearía, y a buscar las posibles soluciones. Como ya he comentado, teníamos un piso pequeño. Sesenta y cinco metros estaban bien para tres, pero ahora, la pequeña debería compartir la habitación con su hermano o hermana. De momento era suficiente para los dos, pero en función del sexo y más tarde de la edad, seguro que tendríamos problemas..
Por aquel entonces, los permisos de maternidad eran nominales. y decidió pedir una excedencia de un año sin sueldo, para poder dedicarse a criar al recién llegado, no queríamos llevarlo a la guardería con tres meses, hicimos números, prescindimos de todo lo prescindible, y nos lanzamos a la aventura.

Fue una niña preciosa, una niña dulce, amorosa y tierna. Montamos su cunita en la habitación de la mayor y así se hacían compañía. Su madre se dedicó en cuerpo y alma a ellas, me consta que fue una de las mejores épocas de su vida.
Pasamos el año con un solo sueldo, pero como no teníamos letras ni tarjetas n gastos superfluos, pudimos mantener nuestra filosofía de vida, buena alimentación, y sobre todo un ambiente de amor y concordia para formar la personalidad de nuestras hijas. Nuestra biblioteca se iba enriqueciendo con los mejores clásicos y las más avanzadas obras de consulta, y la música, clásica, rock o folk no dejaba de sonar en nuestra casa.
Pronto hubo que cambiar el mobiliario de niñas, un mueble nido con una cama extensible, sirvió para tener a las pequeñas juntas en la misma habitación, justo al lado de la nuestra.
Ni que decir tiene que las mañanas del Domingo, eran la juerga continua, la mayor venia a nuetra cama a primera hora, y aquello se transformaba en un circo. Saltos cabriolas gritos peleas… Yo era más niño que ella y disfrutaba como un loco jugando como un crio. 

No teníamos lujos, había que controlar férreamente el gasto, pero éramos felices, el hogar era nuestro refugio, el nido donde nuestras hijas crecían en un ambiente rodeado de amor y buen humor. Pasaron los años, y las niñas fueron creciendo. Nuestro viejo Seat 127 llegó a cumplir 15 años, pero nos llevaba a la playa en verano y al campo en invierno. Yo salía cada día de casa a las 6.15, y a ella le tocaba la dura faena de levantar, arreglar , llevarlas al colegio y poder llegar a la hora al trabajo a la hora, un trabajo agotador cuando los hijos se ponen enfermos, o sencillamente entran en ese periodo de rebeldía en el que todo les está mal y no les gusta nada de lo que les pones. Por suerte el colegio estaba muy cerca de casa, un centro del ayuntamiento (siempre apoyamos la enseñanza pública), que por aquellos años funcionaba a la perfección, y donde aprendieron a relacionarse con todo tipo de niños y conocer de cerca la realidad de la vida. No fue un camino de rosas, pero sí de margaritas silvestres, de charcos enfangados, y de verdes praderas, de días a veces tormentosos y a veces soleados. Siempre procuramos que aprendieran que el esfuerzo es imprescindible para caminar, que el respeto es la base de las relaciones humanas, y que el dinero es solo un medio que no lo compra todo. 

Y de pronto, llegó la adolescencia….



La adolescencia es una de las épocas más difíciles en la educación de los hijos. Hay dos posturas muy cómodas, la autoritaria, que suele tener un efecto rebote, y la permisiva a ultranza que acostumbra a crear fracasados o delincuentes.
Los padres de mi generación tendíamos a tratar a los hijos adolescentes como amigos, y eso fue un terrible error. Los hijos necesitan una guía y unas normas para desarrollar su personalidad, la camaradería les desorienta y tienden a buscar ejemplos por otros lares, a veces poco recomendables.


Mi esposa se implicó en cuerpo y alma ayudándoles en los estudios. Tras una jornada laboral agotadora, y la parte correspondiente de las labores cotidianas, venia el seguimiento de los trabajos, los deberes, las preguntas. Yo llegaba a casa pasadas las ocho, y ya era la hora de preparar la cena y tomar la parte que me correspondía en las tareas cotidianas.
La mesa era el templo del diálogo, la tele apagada y la conversación a veces tensa, a veces distendida, pero siempre viva. La música de fondo, era el contrapunto a nuestras palabras, no había gritos, siempre procuramos convencer antes que vencer, pero fue una lucha continua en la que no se podía bajar la guardia.


Las salidas nocturnas, las llamadas de “ahora vengo” a las dos de la madrugada, el intentar dormir pendiente de la puerta de casa que jamás se abría.. la vigilancia y control de los amigos… alguna vez me tocó ir a “rescatar” a mi hija mayor a casa de algún amigo poco recomendable, pero siempre respetando la dignidad y la responsabilidad, procurando no romper ese puente de confianza que cuando se quiebra es imposible reconstruir.


Horas de charlas en el sofá, horarios de televisión controlados, libros compartidos y comentados en familia …los años pasaban y mientras Silvia terminaba su carrera y empezaba a levantar el vuelo, Diana comenzaba ba a sacar la cabeza del nido. Todo lo que habíamos aprendido con una, iba a mostrarse totalmente contraproducente con la otra.





lunes, 8 de junio de 2009

EL HUEVO DE LA SERPIENTE


La serpiente sigue creciendo dentro del huevo europeo, ni la corrupción galopante del PP, ni las cacicadas y desafueros de Berlusconi han hecho mella en el electorado derechista.
Como he comentado en otras ocasiones, los partidos fascistas y de derecha, son inmunes a las corruptelas y a los tics filonazis de sus candidatos, porque ya asumen que un partido de este color es corrupto por definición. Poco importa que se esté ultimando el desguace de la sanidad pública en Madrid, que el PP haya transformado el litoral levantino en un muro de cemento y las irregularidades urbanísticas de la mafia hayan transformado la costa del sol en la nueva Sicilia.


El votante del PP , ese que escucha la Cope, que aplaude a los voceros vaticanos y que ha hecho del “Cuanto peor, mejor” su lema preferido, que admira el Lepenismo, aunque no se atreve a declarase racista, ya está preparando la carga en las próximas autonómicas envalentonados por su “Triunfo” en unas elecciones con un 57% de abstención.


Si nuestra clase política tuviera una mínima decencia, debería pedir perdón públicamente a la ciudadanía por una campaña electoral nefasta ( y aquí incluyo a TODOS los partidos), una campaña que ha hecho que muchos votantes progresistas o sencillamente con sensibilidad y buen criterio , se hayan quedado en casa.


La abstención siempre perjudicó a la izquierda, porque los desencantados, los defraudados , siempre son votantes progresistas. La derecha nunca duerme y aprovecha cualquier grieta para inundarnos con su mierda a través de su “Brunete mediatica” que sabe utilizar la desesperación que en las clases medias produce la crisis, y llevar el agua a su molino.
La serpiente ya colea dentro del huevo, espero que el film de Bergman, protagonizado por el recientemente fallecido David Carradine, no vuelva a ser una terrible realidad en Europa.
¡Que dios nos inspire o dios nos ampare!.

JUANMAROMO


miércoles, 20 de mayo de 2009

¿APOCALÍPSIS O RENACIMIENTO?




Hoy me había propuesto escribir un artículo sobre la situación económica, pero no volveré a hablar de crisis, porque a estas alturas, ya no se puede hablar de crisis. Se ha completado un macro ciclo que empezó tras la segunda guerra mundial, (aunque en España, a causa de la dictadura se retrasó veinte años, ) y ahora estamos alumbrando una nueva época en la cual de deberemos afrontar que el mito del crecimiento continuo se ha esfumado. El pastel no solamente no crece sino que empieza a disminuir, los recursos se agotan, el planeta está a punto de entrar en coma y debemos mentalizarnos en que nada volverá a ser como antes.
Si no queremos que esto acabe en una revuelta generalizada, debemos aprender a repartir la tarta con justicia, reinventar el concepto de trabajo, distribuir las rentas y adaptarnos a consumir menos y mejor. Ya sé que los desarrollistas a ultranza nos incitan a seguir consumiendo para salvar la industria y la producción, pero eso es una huida hacia adelante que solo nos conduce al abismo.
Hace falta una nueva planificación económica y social, se acabaron las segundas y terceras residencias, la vivienda en propiedad, los coches de lujo y los viajes millonarios financiados con créditos a largo plazo. Si nuestros gobernantes, nuestros economistas, y nosotros mismos fuéramos capaces de aceptar el reto, podíamos derivar hacia una sociedad en la que trabajaríamos seis horas diarias, viviríamos en viviendas de alquiler prescindiendo del consumismo innecesario y de las necesidades ficticias.
Podríamos dedicar más tiempo a nuestros hijos y a nosotros mismos, la bajada del consumo reduciría la contaminación, y la mano de obra excedente de la industria podría reciclarse en servicios sociales y agricultura ecológica, no olvidemos que en España hay millones de hectáreas de tierra feraz en barbecho porque actualmente no es rentable cultivarla.
Enfermedades como el cancer, la leucemia y la depresión disminuirian drásticamente, y la investigación se dirigiria hacia el bienestar y el cuidado del planeta en lugar de a la obtención de beneficios rápidos y cuantiosos.

Deberíamos fomentar la formación integral de la persona, eliminar la tensión y el stress producido por la competitividad suicida y cultivarnos como seres humanos en unión con el cosmos y con la madre tierra.
No soy un ingenuo y sé que este planteamiento roza la utopía, pero en una época en que todo el mundo habla de cataclismo, caos y apocalipsis, solo la utopía nos abre las puertas de la esperanza. Ojalá sepamos aprovechar esta oportunidad, porque me temo que puede ser la última.



JUANMAROMO









martes, 12 de mayo de 2009

PADRE, PADRONE





¡Oh señor, ¿Por qué me muestras la luz y no me permites abrir los ojos?

¿Por qué me ciegas a sabiendas, me aturdes con el trueno de tu palabra y me guías por laberintos insondables?

¿Por qué abres mi corazón al dolor ajeno y cierras el tuyo a mis súplicas y lamentos?

¿Por qué cuanto más te necesito más te alejas, cuanto más vuelo hacia ti más te elevas y cuanto mas te ruego, más secos son tus oídos?

¿Por qué sembraste en mí la semilla del amor y no dejas que fructifique?

¿Por qué me envías el granizo del odio, la escarcha de la envidia y me niegas el sol de la compasión, la lluvia de la esperanza y el color de las amapolas?.

Te llamas Padre e ignoras a tus hijos, te dices justo y consientes la injusticia, te abogas clemente y castigas inflexible nuestras debilidades.

Por eso, Señor he decidido emanciparme, buscar la luz aunque sea a tientas, perseguir la verdad aunque sea arrastras, y proteger la semilla que en mi sembraste, de tú desdén y de tu olvido, para que pueda germinar y dar ciento por uno.

Prometo repartir la cosecha entre los necesitados de amor, los carentes de consuelo y entre todos aquellos que te buscan sin encontrarte.

Puede que hayas muerto, o quizás te has olvidado de nosotros, pero siempre te agradeceré por los siglos de los siglos, que sembraras el amor en mi corazón, aunque tal vez lo hiciste sin darte cuenta o se te escapó en un descuido.


JUANMAROMO

domingo, 3 de mayo de 2009

MAMÁ



Mi querida mamá, desde tus ochenta y tres años , todavia me cuidas, me mimas me vigilas. Todavia me llamas cuando estoy constipado y me preparas la paella cada fin de semana. Tienes la fuerza de la juventud, la energia de tu sangre aragonesa y la belleza que aún conservas a pesar de las penas y los sufrimientos.

Nuestra relación no ha sido facil, fui un niño rebelde, contestón, mal estudiante. Siempre llegaba a casa con las rodillas negras y la ropa manchada, a veces con la cabeza y la cara llena de sangre. A veces incluso te aguanté la mano cuando pretendias darme una bofetada. Te dí muchos disgustos con mis juergas nocturna, mis borracheras y mis devaneos con las drogas. Te desobedecí en todo lo que pude y amargué la vida a tu otro hijo, ( y hermano mio) hasta llegar a la bronca continua.

Pero todo ello lo hacia por llamar tu atención, para que me miraras, para que dejaras el trabajo un rato y me contaras un cuento o me acunaras en tus brazos, siempre te quise con un amor inmenso, y ahora que aún tengo la suerte de poder decirtelo mirandote a los ojos, te digo que te quiero, que siempre te he querido, que aun en los momentos dificiles, cuando yo buscaba mi camino y tu me empujabas en contra de mi voluntad, por la senda correcta, te queria.

Hoy eres un ejemplo de la alegria, la fuerza y las ganas de vivir que se puden disfrutar a pesar de los años. Por eso y por millones de cosas que guardo en mi corazón. Por aquella niñez maravillosa cuando te espantaba a los moscones que te piropeaban por la calle, cuando me levantaba por la noche fingiendo tener miedo para poder arrebujarme entre tus brazos y tu me acojias como si todavia fuera un bebecito, por todo ello te dedico este poema, me hubiera gustado escribirte uno de mi puño y letra, pero a veces las palabras y las letras se quedan atravesadas en el corazón, pero este soneto que Joan Manuel escribió a su madre, me permite decirte cosas que yo no sabria expresar mejor. TE QUIERO MAMÁ.


No es que no vuelva, porque me he olvidado
de tu olor a tomillo y a cocina.
De lejos, dicen que se ve más claro,
que no es igual quién anda y quién camina.

Y supe que el amor tiene ojos verdes,
que cuatro palos tiene la baraja,
que nunca vuelve aquello que se pierde
y la marea sube y luego baja.

Supe que lo sencillo no es lo necio,
que no hay que confundir valor y precio,
y un manjar puede ser cualquier bocado

si el horizonte es luz y el rumbo un beso,
No es que no vuelva porque me he olvidado:
es que perdí el camino de regreso,

Mamá...





lunes, 20 de abril de 2009

EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO

Y sigue el macabro goteo de muertes por violencia de sexo ... Es un proceso implacable y terrible como el péndulo de Poe. En mi consulta, tengo alguna paciente que vive bajos la espada de Damocles, pero lo peor, es que no quieren darse cuenta, el proceso es lento e implacable, muy parecido al "lavado de cerebro" al que someten algunas sectas a sus adeptos.

Primero las separan de sus familia, para dejarlas indefensas, luego empieza el proceso de aniquilación del ego, los insultos, los desprecios, las amenazas, la mujer va perdiendo su autoestima y su dignidad, y se convierte en un rehén de su verdugo.

Si alguna vez le amenaza con escapar o separarse, este recurrirá al chantaje emocional, le prometerá cambiar, le asegurará entre llantos que aún la quiere, hará lo que sea para que su víctima no escape ... pero al dia siguiente todo será peor, el agresor ha comprobado que domina a su victima, y que está a su merced, entonces empiezan las palizas, las agresiones brutales, la destrucción de la mujer como persona.

A partir de ese momento, hay dos posibilidades:

La victima asume su condición, y se produce el fenómeno que se conoce como "Síndrome de Estocolomo", justificará todas las acciones de su verdugo y quedará reducida a la condición de esclava de por vida, hasta que enferme y muera prematuramente.


La otra es la que sale a la luz, la mujer harta de tanto sufrimiento y humillación, escapa y se esconde en casa de algún familiar e intenta rehacer su vida, pero el depredador la acecha, la acosa de dia y de noche, la amenza, y un día se encuentra con ella en la calle, en casa, en el infierno .... y la mata.

Como en la mayoría de los casos el agresor presenta una personalidad paranoide, y psicopática, una vez cometido el crimen, se siente vacío, su razón de ser ya no existe y acaba suicidándose, pero no por remordimiento, ni por dolor, sigue a su victima al mas allá para que no se le escape de nuevo.

Me temo que no hay ley, ni policía ni nada que pueda acabar con esta plaga, es un demonio, que se genera en el alma de algunos hombres como un cancer que devora la mente y el espiritu y que acaba destruyendole a el, y a la gente que mas quiere....Nadie ni nada puede evitarlo, si el asesino está dispuesto a morir en el intento.

SHEMIRRAMIS