En pasados artículos ya hemos demostrado que la crisis brutal que paraliza nuestra economía fue causada por la burbuja inmobiliaria y fomentada por el ánimo usurero de los dirigentes de entidades financieras que justificaban ingresos estratosféricos en base a unas ganancias especulativas que eran humo en el viento.
Sabemos que las agencias de evaluación de riesgos y las grandes auditoras hicieron la vista gorda ante lo que se estaba cociendo, y dejaron que llegara el estallido sin hacer nada por evitarlo, pero el mal está hecho y hay que darles soluciones.
Se levantan voces que claman contra las ayudas de los estados a las entidades financieras, pero ¿qué hubiera sucedido si estas no se hubieran producido?. La fallida de bancos y cajas hubiese generado un efecto dominó que hubiese obligado a practicar un "corralito" puro y duro de duración indefinida y el colapso del sistema económico mundial generando un caos social imposible de cuantificar.
Pero una vez cerradas las vías de agua, hay que pedir responsabilidades, hay quien opina que habría que formar un tribunal al estilo del de Núremberg para juzgar por genocidio a los responsables, por su culpa han muerto en todo el mundo millones de personas y otras tantas han quedado en la miseria, pero lo más urgente es obligar a las entidades financieras a crear un fondo común gestionado por organismos independientes para prevenir futuros agujeros en el tejido bancario, y emplazar a la banca a devolver en un tiempo fijado los préstamos concedidos.
Habria que expropiar todos sus bienes a los presidentes y consejeros, depurar a toda la cúpula que generó el desastre, borrar del mapa los paraisos fiscales, y reintegrar al sistema las enormes bolsas de capital atrincherado.
Retirar todo el dinero de los bancos como proponen algunos, causaría los mismos efectos que la no concesión de los prestamos, los primeros de la cola recuperarían su dinero, pero el resto quedaría acotado por tiempo indefinido.
Todos somos corresponsables de la crisis por creernos que vivíamos en Jauja, los gobiernos, desde el "España va bien" , hasta el de "La desaceleración controlada", llenando sus arcas sin poner freno a la bola de nieve, los ciudadanos hipotecándonos por 40 años, despilfarrando el dinero en cruceros y vacaciones sin pensar que luego había que devolverlo, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora hay que digerir el empacho.
Como siempre, los platos del banquete los fregarán los más débiles, trabajadores, pequeños empresarios, funcionarios de tropa y jubilados. La elección es muy sencilla, o nos quedamos en Guatemala, o nos vamos a Guatepeor.
JUANMAROMO
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