viernes, 9 de diciembre de 2011

EQUIDAD Y JUSTICIA


Parece ser que nadie quiere hablar claramente del tema, perece ser que los medios, en manos de grandes corporaciones pasan de puntillas sobre las verdaderas causas de esta mal llamada crisis  que ha llegado para quedarse.
El mundo occidental ha basado su prosperidad en la explotación de las tierras y los pueblos, en el expolio de su energía y materias primas, una población de mil millones consumía y contaminaba más que los ocho mil millones restantes apoyada en sus ejércitos y en su tecnología, pero esto ya forma parte de la historia.
Desde que comenzó la llamada "globalización", los países emergentes como China. India o Brasil, empezaron a recibir inversiones de empresas occidentales en forma de factorías de montaje de bajo valor añadido, pero que suponian una transferencia tecnológica que ha permitido, a estos países crear sus propias multinacionales.
 En una década, China se ha convertido en una potencia en informática y electrónica con marcas propias que se disputan  el mercado mundial. Ha comprado millones de hectáreas en África y Sudamérica que maneja como si fuesen colonias al estilo de las   potencias europeas del siglo XX. 
Ya no tenemos un mercado ilimitado y sumiso a quien vender y comprar, por el contrario tenemos rivales gigantescos con los que competimos en desventaja. El "estado de bienestar" no puede rivalizar en precios con unas economías en las que los trabajadores están al nivel de la esclavitud, y las grandes empresas exportan sus factorías a esos nuevos paraísos laborales, el resto de la población mundial está abriendo los ojos y quieren una parte del pastel, el sueño americano y europeo ha terminado por digerirse a sí mismo. 
Pero no hay que ser alarmistas, solamente se trata de repartir el pastel, y el pastel sigue siendo enorme, ¿por qué permitimos a las grandes multinacionales que sigan controlando los mercados? ¿porque no obligamos a las grandes fortunas de cada estado a asumir un régimen impositivo más justo a fin de equilibrar el sistema?.
En el fondo se trata de un problema fiscal, si las grandes fortunas cotizaran en España al mismo nivel que la nóminas, el déficit, y por lo tanto, la deuda, no existirán. En los ´últimos veinte años, el abismo entre ricos y pobres en Occidente, se ha multiplicado por diez, y esto es económica y socialmente inasumible, el futuro pasa por un reparto justo de las rentas del capital, del trabajo y de las materias primas, si somos capaces de gestionar estos recursos con inteligencia y justicia, podemos entrar en una nueva era en la que la vida y la tierra recuperen su equilibrio, de lo contrario, avanzaremos irremediablemente a una época oscura que puede llevarnos al fin de nuestra civilización e incluso de nuestra propia especie.

JUANMAROMO

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