jueves, 18 de agosto de 2011

EL FINAL DE LA CUENTA ATRÁS



Hace cuarenta periodos que desembarcamos en Pangea, el tercer planeta en la órbita de la estrella Helios situada en un extremo de la galaxia conocida como vía láctea. Es un mundo extrañamente bello, de color azul intenso y formado por agua en su mayor parte. La vida se desarrolló en él hace unos diez millones de años y ha ido evolucionando hasta generar millones de especies, a pesar de su pequeño tamaño, reúne todas las condiciones para ser el paraíso que íbamos buscando pero hay un grave inconveniente. La especie dominante la constituyen unos pequeños seres que viven en colonias, son terriblemente agresivos, se desplazan por tierra, por agua y por aire y causan molestas heridas que en algunos casos pueden ser graves. Viven en guerra perpetua entre ellos, disputándose los recursos y exterminando a las otras comunidades sin piedad alguna, han dominado al resto de las especies hasta tal punto que muchas de ellas están en peligro de extinción.
Son los únicos seres en el universo que no reciclan sus desechos, y han convertido el planeta en un vertedero. Actúan como virus, cuando han aniquilado la vida en una zona, se desplazan a otra hasta que la fagocitan y la abandonan en busca de nuevas tierras.
Hemos intentado comunicarnos con ellos, pero su cerebro es muy rudimentario y no admite más que estímulos primarios como la ira, el egoísmo y la agresividad, parece ser que una raza mutante empezó a experimentar unos sentimientos positivos que llamaron amor, compasión y generosidad, pero fueron exterminados por su peligrosidad para el sistema.
Dado que su capacidad reproductiva y su agresividad ilimitada ponen en peligro, no solo su mundo si no al resto del universo, pedimos autorización para proceder a una fumigación global que acabe con la especie sin perjudicar al resto de los habitantes antes de que consigan colonizar otros planetas, si dejamos que se extiendan por el cosmos, acabarán con cualquier rastro de vida.
Fdo. Johan Vangelis.
Capitán en jefe de la nave Apocalipsis.

JUANMAROMO

No hay comentarios: