lunes, 31 de octubre de 2011

LAS LEYES PUTAS Y LAS PUTAS LEYES




La ambigüedad legal es el paraíso de los criminales y el contubernio de los legisladores. Desde tiempo inmemorial, las leyes de promulgaron con la suficiente elasticidad como para poder ser aplicadas a casos particulares y dejar en manos del  juez la razón de la justicia, pero cada vez más, esta ambigüedad está siendo fomentada para crear vacíos legales donde las mafias pueden actuar con total impunidad y uno de los ejemplos más sangrantes es el de la prostitución.
La legislación sobre la prostitución es España es el típico coladero por donde las mafias pueden entrar y salir a sus anchas sin infringir la ley. En este país, el ejercicio de la prostitución no está penado, pero tampoco está regulado en modo alguno, tan solo el proxenetismo está considerado delictivo por este engendro legal que está propiciando la nueva esclavitud.
En todos los países, el ejercicio de una profesión conlleva unos derechos y unos deberes y están regulados por organismos apropiados como asociaciones, sindicatos o colegios. Toda actividad económica debe cotizar a hacienda en función de los ingresos devengados y a la vez sus agentes han de estar afiliados a la seguridad social en el régimen de autónomos, ¿porqué este criterio no se aplica en el caso de la prostitución?, la respuesta está muy clara, amparándose en falsos valores morales o feministas, en España no se legaliza esta actividad económica por corrupción pura y dura.
Cada vez que veo por las carreteras a esas jóvenes (algunas casi niñas) esperando en la cuneta semidesnudas junto a una silla, me pongo enfermo, detrás de cada una de estas mujeres hay una tragedia, una historia de esclavitud contemporánea.

Cuando yo era niño, nos aterrorizaban con el robo de jóvenes rubias para ser vendidas a los jeques, más tarde la llamada "trata de blancas", en las que jóvenes aspirantes a artistas, eran engañadas y obligadas a prostituirse en países lejanos.
Como en los otros tipos de emigración, hemos pasado de ser un país emisor a ser un país receptor, unos vienen en pateras y otras en autocares engañadas o coaccionadas, y siempre con el miedo a las represalias contra los familiares que dejan en su tierra.
Una leyes justas y ponderadas en las que se recogieran derechos y deberes acabarían con estas mafias asesinas, y los ingresos de esta actividad servirían para paliar el déficit del estado, pero hay intereses oscuros en manos de políticos y policías a sueldo que están haciendo todo lo posible para evitar una legislación tan urgente como imprescindible, de vez en cuando aparece el cadáver de una mujer inidentificable arrojada en una acequia, es el salario del miedo para que nadie se vaya de la lengua, para que la mierda no desborde y salpique a los responsables.
JUANMAROMO

HOMBRE ENTRE LOS DIOSES


Hay momentos en los que desparecen todas los coordenadas, los péndulos se detienen, los trenes entran en vía muerta y los astros vivaquean en el espacio. Instantes en los que las galaxias se pierden en tus ojos,  el infinito se oculta entre tus muslos y la voz de dios resuena en tus suspiros. 
Hay fragmentos de vida que se graban en el recuerdo con el fuego de lo increíble, abrazos incendiarios en los que tú y yo somos daños colaterales, besos que empiezan pero que nunca acaban porque sin tu aliento no me vale la vida.
La eternidad cabe en el soplo de un beso, en el brillo de una mirada, en el aullido lunar de los orgasmos. mi vida nace en la concha de tu madreperla y bebe la leche frutal de tus dorados racimos. 
Cuando tu boca se inunda de mi pulpa y nuestros fluidos candentes se mezclan y se funden, pienso que valió la pena nacer, vivir y morir mil veces para volver a sentirme dios entre los hombres y hombre entre los dioses, para volver a sentirme parte indisoluble de tu vida, parte indisoluble de tí.
JUANMAROMO

viernes, 28 de octubre de 2011

EL ASCENSOR



Me había quedado trabajar hasta muy tarde, tenía trabajo retrasado y al día siguiente debía  presentar la cuenta de resultados, el guardia de seguridad me recordó antes de marcharse que activara las alarmas y que no utilizara el ascensor como medida de seguridad.
Terminé sobre las once de la noche, cerré la puerta del despacho y cuando me disponía a bajar por las escaleras, me encontré con Ana. Ana era el tipo de mujer que me seducía, elegante, simpática, culta...y hermosa. Habíamos tenido algún contacto, pero siempre parecía eludirme, seguramente era poca cosa para ella. Al verla tomar el ascensor, cambié de idea y corrí hacia el elevador  antes de que se cerraran las puertas.
-¡Buenas noches Ana, parece que hoy se nos ha hecho tarde..!,  tartamudee mientras las puertas se cerraban ante nosotros, me dirigió una mirada entre irónica y piadosa mientras yo me acurrucaba en un rincón aspirando febrilmente su perfume.
De repente el ascensor se detuvo, fue una sacudida tremenda y quedamos suspendidos entre dos pisos, Ana lanzó un grito e instintivamente se protegió entre mis brazos , por suerte las luces continuaban brillando y las vibraciones desaparecieron. Intenté forzar las puertas, pero era del todo imposible, probé  llamar por el teléfono móvil pero fue inútil, no había cobertura, recordé la recomendación del segurata y tuve un escalofrío, apreté el botón de alarma pero  el edificio estaba vacío.
En esos momentos me vino a la memoria un relato de terror en el que el protagonista se queda encerrado durante un puente de cuatro días y muere  deshidratado, por suerte, el día siguiente era laborable.
La luces empezaron a parpadear mientras Ana sollozaba presa de un ataque de ansiedad, la tome entre mis brazos e intente tranquilizarla besándole los ojos. De repente se irguió como un resorte, y sus labios se adueñaron de los míos mientras su lengua poseía mi boca con furia. Me quede anonadado, no sabía qué hacer. Sus manos se infiltraron en mi pantalón y note sus dedos aprisionar mi miembro que parecía estallar en su cárcel de tela. Noté como la temperatura me subía y la vista se nublaba, mis manos bucearon en su camisa y unos pechos rotundos y altivos levantaron el vuelo buscando mi boca. Ella jadeaba como posesa mientras yo le bajaba las braguitas y percibía le aroma de su sexo candente, cuando mi lengua se recreó en su cáliz, lanzó un aullido y sus manos acariciaron mis cabellos, seguí lamiendo hasta que un suspiro profundo e intenso se escapó de su pecho, se retorció de placer y gimió con una inmensa dulzura, pero antes de que pudiera darme cuenta, se agachó y tomo mi pequeño saltamontes entre sus dedos mientras su lengua le  acariciaba la cabeza con sabiduría, unos movimientos sabios de sus manos, y todo yo me derrame en su boca, pero siguió masajeando son increíble pericia, a los pocos minutos me había fundido de nuevo.
Me tumbe en el suelo para buscar resuello, pero inmediatamente se tumbo sobre mí, y depositó su flor negra sobre mi boca,  apenas podía respirar, pero el olor a su fruta me enervó de nuevo, lamí y mordí con locura hasta que sentí su orgasmo inundarlo todo, me empujó la cabeza hacia atrás y me cabalgó como una experta amazona, veía sus hermosos pechos levantar el vuelo cada vez que me apretaba y parecía querer ordeñarme con saña. De pronto, apretó con furia. y sentí un geiser brotar de mi interior, una mezcla de loco placer y dolor brotó de mi vientre, mientras ella gritaba con la seguridad de que nadie podía escucharnos. Me rendí agotado, cuando desperté, ella estaba totalmente vestida, me arreglé como buenamente pude y miré el reloj, las ocho menos cinco, de un momento a otro las puertas del edifico se abrirían. De repente el ascensor comenzó a descender, yo no había podido recuperarme, mire a Ana y me pareció que no había sucedido nada, cuando las puertas se abrieron, me saludo con un -Buenos días-  ¡Nos vemos mañana...  ¡
Me cruce con un Tony que  se me quedó mirando con cara de lástima y me espetó, ¡¡Vaya pinta que gastas,  eso te pasa por hacer tantas horas extras!!!
JUANMAROMO

viernes, 21 de octubre de 2011

ENTRE DOS AGUAS

Vago en un mar de sentimientos contrapuestos, de esperanzas desesperadas de ilusiones opacas. Me ilumina una luz oscura, una tiniebla luminosa que me ciega con su brillo espectral. Las vísceras me arden y  el corazón intenta escapar de su jaula y levantar el vuelo hacia ese cenit soñado donde la gravedad se pierde en el olvido.
Cierro los ojos y lo veo claro, pero de día todo es como un sueño, una secuencia caótica de imágenes en blanco y negro que aúllan a mi alrededor como lobos en celo. La vida se desliza como una cobra dispuesta a clavarme las fauces y yo retrocedo poco a poco hasta el muro de las lamentaciones donde ya no quedan lágrimas.
El pasado se despeña por el desfiladero hacia el mar del olvido  y el futuro es un alud de nieve mancillada que amenaza con arrollarme , una película muda en blanco y negro en que todo el mundo gesticula sin decir palabra.
Las calles son ríos fantasmales que se pierden en la nada y el olor a cloacas  infecta el ambiente, las sirenas ululan sembrando miedo y desconcierto. Desde las ventanas, millones de ojos atisban esperando el momento  para devorarme y los portales parecen cavernas que se hunden en la noche de los tiempos....
De repente algo me sacude, el reloj centellea en la oscuridad de la alcoba mientras trato de hilvanar mis recuerdos... todo ha sido un sueño,  pero me asomo a la ventana y los primeros fantasmas empiezan a poblar las calles mientras los neones moribundos se pierden tras las pútridas brumas espectrales, me oculto tras el uniforme gris de la rutina y  me incorporo a la corriente deshumanizada que me lleva a ninguna parte. El sueño a terminado, pero la pesadilla es eterna.
JUANMAROMO

martes, 11 de octubre de 2011

LA ERA DE LA INCERTIDUMBRE



Vivimos en una sociedad en descomposición, una sociedad Titanic en la que las ratas están abandonando el barco llevándose sus míseros mendrugos, los VIPS ya tienen en los botes sus  joyas y caudales a buen recaudo y la orquesta sigue amenizando el naufragio para tapar los aullidos de los desesperados.
Estamos el final de una era, una era que empezó tras la segunda guerra mundial y que con altibajos se ha extendido hasta el 2.008, medio siglo de expoliación del planeta, de explotación del tercer mundo, y de exterminación de culturas y especies en aras de un crecimiento continuo y enfermizo que ha cubierto de cemento nuestras costas y montañas, infectando el planeta con residuos tóxicos y radiactivos. 
Todo se ha edificado sin cimientos, hipotecas, créditos, previsiones de beneficios, un gigante con pies de barro que se ha desmoronado al primer embate atrapando bajo sus escombros a quienes se creían a salvo. El sistema ya no tiene respuestas, las teorías  del pasado han fracasado, los economistas y los políticos no saben dónde esconderse o esperan repartirse los despojos,  y las masas se desesperan y empiezan a entrar en ebullición con unas consecuencias imprevisibles.
No hay alternativa, hay cientos de miles viviendas vacías o a medio terminar que no encuentran comprador a los precios actuales, pero también hay miles de familias y jóvenes que necesitan un hogar, si tenemos una oferta y una demanda, ¿porque el estado no absorbe el exceso y lo convierte en vivienda protegida a unos alquileres asequibles? ¿Porque ese dinero empleado en ayudas a las cajas podridas no se utiliza para sanear unos balances falseados y fraudulentos?
El trabajo es un bien escaso,  entonces vamos a repartirlo equitativamente, jornadas parciales de tres o cuatro horas para personas que no puedan emplear jornadas completas, jubilaciones pactadas para trabajadores con cuarenta años de cotización y dejar esos puestos a jóvenes sin empleo que se hunden en la desesperación, incentivar la natalidad a base de ayudas reales y no cheques regalo que fomentan el fraude y el oportunismo,  hasta que el estado y la sociedad no se convenzan que la maternidad es un bien social como el agua, el aire o el trabajo, no dejaremos de envejecer. y no olvidemos que este es el primer signo de decadencia de cualquier pueblo o cultura.
Una nueva vida es todavía posible si sabemos cambiar el rumbo que nos lleva directo al precipicio. Una sociedad más justa, solidaria y respetuosa con el medio ambiente, con la humanidad y con el hombre como individuo, pero cada día que pasa nos acerca vertiginosamente al abismo.
JUANMAROMO