miércoles, 28 de abril de 2010

UNA ACTUACIÓN MEMORABLE


Hace unos meses que me acuciaban los problemas, la empresa iba de mal en peor, había sufrido pérdidas familiares y tenía la moral por los suelos. Para paliar los problemas económicos, decidí conseguir una baja de larga duración y la mejor manera de conseguirla era fingir una depresión, así que me puse manos a la obra.
Estudié tratados médicos y psicológicos, leí relatos de personas con síndrome depresivo agudo, me preparé el tema a conciencia y acudí al médico de cabecera.
La puesta en escena estaba bien preparada, dos días sin afeitarme, aspecto descuidado y un poco antes de entrar, acelerar la respiración para provocas sudoración y taquicardia, la visita fue breve ya salí con la baja en la mano y una larga receta, que lógicamente ni siquiera compré. La segunda visita fue de trámite, acentué los síntomas y conseguí que me derivara a psiquiatría.
La visita al psiquiatra era más comprometida, media hora antes, me concentré para que la representación fuera creíble, le conté toda mi problemática corregida y aumentada, incluso conseguí llorar de una manera creíble, el premio fue otra larga receta y una cita para el mes siguiente. La receta fue a parar a la papelera y yo empecé a cobrar el subsidio por enfermedad, aunque lógicamente, seguí trabajando.
Al cabo de un mes, acudí a la visita con la idea de conseguir como mínimo seis meses de baja, estudié los efectos de los ansiolíticos recetados, me concentré en el papel, hasta conseguir un aspecto verdaderamente preocupante. Cuando entré al consultorio, me encontré una sorpresa, había también otro médico, al que se me presentó como psicólogo, me olía una encerrona, así que exageré la representación e incluso la adorné con un par de tentaciones de suicidio, el psicólogo apuntaba en una libreta y me miraba con gesto preocupado, me recetó otra tanda, pero esta vez me dijo que si en una semana no mejoraba drásticamente, le visitara de urgencia.
Salí del consultorio, llegué a casa y me aseé convenientemente, la verdad es que la imagen que me devolvía el espejo era preocupante, ¡realmente era un gran actor!.
A la semana siguiente, me presenté de urgencias, tenía un aspecto deplorable, me recibieron de inmediato, y me dijo que me iba a poner un tranquilizante, una enfermera me inyectó en vena, a los pocos minutos, en plena conversación, perdí el conocimiento.
Escribo esta nota desde el psiquiátrico de Sant Boi, llevo dos meses internado y duermo a base de sedantes, me mantienen aislado, me han retirado cualquier objeto con el que pueda lastimarme y la ventana está protegida con barrotes.
He intentado convencerles de que todo era una farsa, que solamente era un medio para cobrar la baja, pero no ha servido de nada, dicen que mi problema es muy grave y que debo permanecer unos meses hasta recuperarme, estoy totalmente aislado y solo se me permite unas horas de visita a la semana.
Hoy he conseguido escribir esta nota en papel higiénico e intentaré pasársela a Gloria este fin de semana, no sé lo que me está sucediendo, pero creo que me estoy volviendo loco.


martes, 27 de abril de 2010

MONSANTO O LA INVASIÓN DE LOS ULTRACUERPOS


La invasión de los ultra cuerpos es un clásico del cine de terror de los años 50, en él se nos relata cómo los extraterrestres invaden nuestro mundo en forma de semillas. Pues bien esta pesadilla se ha hecho realidad.
Estas semillas no vienen de otro mundo, han sido esparcidas por el orbe por la multinacional Monsanto, con sede en Los Estados Unidos, pero cuyos tentáculos se extienden por todo el planeta. Han logrado infiltrarse en el tejido industrial-alimentario de los principales países comprando la empresas más representativas del sector, y en la actualidad es un gigante verde que amenaza la bio diversidad y con ello la vida sobre el planeta.
Han conseguido algo increíble, patentar semillas. Mediante sus semillas transgénicas controlan el mercado mundial. Un agricultor, no puede replantar sus propias semillas, como están protegidas por una patente debe volver a comprarlas a Monsanto y si incumple las normas es procesado y se le embragan las tierras.
Prometen un rendimiento muy superior de sus productos, pero al cabo de tres cosechas, empiezan a hacerse vulnerables a otras plagas, con lo cual el ahorro en insecticidas y herbicidas desaparece. En la India miles de agricultores se han suicidado tras arruinarse a causa de sus cosechas de algodón transgénico.
Es increíble que ni los gobiernos, ni la OMS ni la ONU hagan algo para frenar este expolio que amenaza nuestra propia supervivencia como especie.
El día 24 la 2 de TVE, exhibió un informe realmente espeluznante sobre esta tragedia a nivel mundial, os dejo el enlace para que podáis visualizarlo. No os perdáis ninguno de la serie porque son realmente demoledores.
La película de Don Siegel era aterradora, pero una vez más, la realidad supera a la ficción.
JUANMAROMO

miércoles, 21 de abril de 2010

LA CENSURA EN LA RED


La censura ha sido desde la prehistoria una forma de imposición ideológica y política que ha sido utilizada por el poder para controlar a la disidencia. Los dogmas, la leyes arbitrarias y la represión mediática han sido blandidas por déspotas y dictadores de todos los colores para controlar el pensamiento de los pueblos, no dudando en aliarse con los poderes religiosos de turno para encadenar y amputar la libertad de pensamiento, y por ende, la libertad humana. Los que padecimos la dictadura franquista, sabemos hasta qué punto se puede caer en el ridículo en esta caza de brujas, de hecho, el doblaje cinematográfico se impulsó en España para poder completar la acción de las tijeras y modificar los diálogos a placer.
Es célebre el caso de “Mogambo”, en el que se modificó el diálogo con tal torpeza, que convirtieron una simple infidelidad en un incesto. Lo peor de todo, es que se nombraba censores a personas con un índice cultural más que dudoso, y los autores de la época disfrutaban colándoles goles por el larguero. María del Mar Bonet, contaba que durante un registro en su domicilio por parte de la policía franquista, le requisaron el libro “La Republica” de Platón, y pasaron por alto “El Capital” de Marx, anécdota que causo hilaridad entre los medios artísticos.
Los medios de comunicación, se han hecho universales, pero no por ello han conseguido burlar el fantasma de la censura. Las redes sociales como Facebook, o las comunidades de bloguers son barridas continuamente por sabuesos en busca de material “políticamente incorrecto”, u ofensivo para sus patrocinadores, que son grandes fondos de capital-riesgo tras los que se oculta las grandes empresas de comunicación e incluso la C.I.A. El problema añadido, es que el nivel cultural de estos “tijereteros” no es muy superior al de los viejos franquistas, con lo cual los resultados de sus razzias a veces es simplemente grotesco. Como dice Serrat “Si no fueran tan dañinos, nos darían lástima” , pero el caso es que mientras permiten páginas claramente fascistas o pedófilas, censuran artículos que ofenden o perjudican a sus patrocinadores aunque sean publicaciones científicas de prestigio, o borran relatos eróticos con una clase digna de Anaïs Nin. Como se decía antaño, son incapaces de distiguir el culo de las témporas.
JUANMAROMO

viernes, 16 de abril de 2010

¿RACISMO, CLASISMO O COSTUMBRISMO?


Cada vez que estalla una crisis, los viejos fantasmas salen de sus guaridas. Si durante las épocas de bonanza muchos admiten a los emigrantes porque pueden exprimirlos sin apenas riesgos, porque hacen el trabajo que nosotros despreciamos, cuando llegan las vacas flacas, son los primeros en echarles la culpa de todos los males, algunos responsables de la seguridad social, tienen el cinismo de culpar a la emigración de las listas de espera y del caos gigantesco en que esta ¿institución? está sumida. ¿Es que han llegado todos de golpe?, ¿Es que nadie ha pensado en que el presupuesto “per cápita” disminuye, si no aumenta el presupuesto global? .
Todas las culturas sin excepción tendemos a segregar a los “elementos extraños”, fagocitamos a todo aquel que se introduce en nuestro tejido social, o se integra o es absorbido y eliminado, así lo hicieron los Judios con los gentiles, los romanos con los bárbaros, los gitanos con los payos y los musulmanes con los infieles. El problema surge cuando el número de células se reproduce tan rápidamente que no da tiempo a ser reabsorbido, o cuando son elementos resistentes a la integración entonces se generan tumores que acaban enquistándose y produciendo alteraciones en el organismo social.
Nadie llama moro a un jeque árabe, ni negrata de mierda a Mr Obama. Lo que llamamos genéricamente racismo, es en realidad una forma de clasismo, cuando vemos a un “sin techo” durmiendo en un cajero o a un drogadicto tirado en un portal, no nos importa demasiado si es propio o si es extraño, es un marginado que nos reprocha con su propia existencia.
Algunas culturas se auto marginan, así muchos judíos, gitanos o musulmanes, no consienten que sus mujeres se casen con hombres de otra etnia, aunque si permiten que los hombres contraigan matrimonio con mujeres del mundo exterior. Teóricamente es una manera de proteger la raza, pero en realidad lo que están perpetuando es una forma de vida, unas costumbres ancestrales que se resisten a ser absorbidas por la sociedad dominante.
Nadie pone reparos a los gitanos, musulmanes o rumanos que se integran y respetan las costumbres y las normas de la sociedad aunque mantengan sus tradiciones en su vida privada. En una sociedad laica y democrática, todos tenemos el derecho a unas creencias, y la obligación de respetar las de los demás ciudadanos, pero sobre todo a cumplir unas leyes que están por encima de costumbres y culturas. Mientras no tengamos esto bien claro todos y cada uno de nosotros, la convivencia diaria traerá problemas cada vez más graves. Lo que está claro es que tarde o temprano, todo elemento extraño que se introduce en un conjunto o bien acaba integrado o es segregado al exterior y eso sucede a nivel celular y a nivel mundial. Es una ley tan universal como la ley de la gravedad.
JUANMAROMO

lunes, 5 de abril de 2010

COLONIZACIÓN Y COLONIALISMO


El pasado mes de Marzo, se programo un ciclo de conferencias sobre colonización y colonialismo en el ateneo. Los disertantes eran profesores de reconocido prestigio, y siendo  un tema de mi interés y sobre el que he procurado documentarme a fondo, me apunté de inmediato.
No esperaba ninguna revelación ni sorpresa ya que sobre el tema se ha disertado hasta la saciedad, pero me interesaba comparar los puntos de vista que desde los distintos países de Latinoamérica se enfocaba una historia tan enaltecida como vilipendiada.
Los primero conferenciantes, uno argentino y otro venezolano, suplieron con corrección, salvando la falta de ideas nuevas con unas estadísticas actualizadas y la tablas que proporcionan años de docencia.
Pero quien me rompió todos los esquemas, fue un joven disertante mexicano. Debía rondar la cuarentena, alto, bien parecido y haciendo gala de  un perfecto castellano con más acento yankee que nativo, era el típico criollo sin una gota de sangre azteca en la venas ni en la cultura.
Tras una perorata trufada de lugares comunes y huérfana de ideas que no fueran refritos demagógicos y gastados, nos obsequió con el siguiente colofón.
“Y no olviden ustedes, que fueron sus antecesores los responsables del genocidio que no solo arrasó la cultura Azteca si no que estuvo a punto de extinguir también la población y la raza”.
Se produjo un silencio sepulcral entre los asistentes, mientras “el diestro”, parecía disfrutar de la estocada hasta la bola con que nos había obsequiado. En ese momento, me levanté y le aseveré en voz alta.
“Sé que sabrá agradecerme que le corrija un error  de bulto que se ha colado en su, por otra parte brillante disertación, pero debo reseñarle que los “antecesores” responsables del genocidio  fueron los suyos, los míos, se quedaron aquí”.
JUANMAROMO.